No puede ser más poderoso porque las fuerzas internas y externas confluyen todas contra él. Fuerzas cercanas, inclusive, quisieran que la pesadilla terminara. Es este el mayor desafío al que se enfrente Maduro. Así lo reseña Konzapata.com
Por Juan Carlos Zapata
Maduro es consciente, sin embargo, de que ese poder no es estable, y cuando cree que estabiliza la nave, los vientos cambian, y otra vez y de nuevo, tiene que ejercitarse en otras maniobras. Este es el caso actual.
No puede Maduro ser más poderoso porque el país vuelve a plantarle cara. El país que estaba dormido está despertando. El país que estaba resignado de pronto se levanta. El país que veía en el éxodo la única vía de escape, de pronto asume la lucha, y la ruta política que se le ha planteado: que cese la usurpación de la presidencia, que comience un gobierno de transición y que haya elecciones libres para que se elija un presidente que conjure todas las crisis.
Ya Maduro no puede ser más poderoso porque ni siquiera aquellos que dependen de los favores del Gobierno creen en lo que propone. A mediados de diciembre desde El Poliedro lanzó tres líneas de acción: La línea de la paz, expresada en una contraofensiva contra el golpismo y el terrorismo. La línea de la recuperación económica. Y la lucha contra la corrupción. Un mes después, nada hay en la estrategia de Maduro que se ha quedado sin plan.
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