Empleados locales de la embajada de Estados Unidos en Caracas y sus familiares, saldrán del país en un par de horas. El gobierno de Donald Trump, emitió ayer una “alerta de seguridad” que ordenó la salida de su personal no esencial y también pidió a los ciudadanos estadounidenses que estén en el territorio venezolano que “consideren seriamente” abandonar el país.
Un convoy de al menos una decena de camionetas blancas y negras salieron desde un sector cercano a la embajada estadounidense, en el este de Caracas, en una caravana cuyo paso fue protegido por agentes policiales, según un testigo de Reuters.
Las relaciones entre Caracas y Washington, principal mercado del petróleo venezolano, se tensaron aún más esta semana cuando Maduro denunció que el mandatario Donald Trump propiciaba un golpe de Estado en contra de su gobierno tras reconocer al líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente encargado del país.
La nación petrolera, sumida en una crisis económica sin precedentes, vive además uno de sus más tumultuosos capítulos políticos ante las presiones a Maduro para que abandone el poder, pocos días después de haber jurado para un nuevo sexenio tras unas controversiales elecciones el año pasado.
Maduro tiene previsto un encuentro el viernes al mediodía con la prensa en el palacio de Miraflores, mientras que Guaidó hará lo mismo en un sector del este capitalino.
Estados Unidos, países vecinos y europeos han reconocido a Guaidó como presidente interino mientras se convoca a unas elecciones.