Como si se tratara de un reality show al mejor estilo de las Kardashians, el canal de Estado -Venezolana de Televisión (VTV)- mostró la otra cara de Nicolás Maduro y sus diferentes actividades “diarias”, justamente este miércoles cuando la presión política -tanto nacional como internacional- le está respirando en el cuello.
Por Lisbeth Piñeros / lapatilla.com
Comenzó en horas de la madrugada al subir un video en el que pedía ayuda a los ciudadanos gringos. “Pueblo de los Estados Unidos, pido su apoyo para rechazar la injerencia del gobierno de Donald Trump que pretende hacer de mi patria un Vietnam en América Latina”.
Pasadas las 7:45 de la mañana, Maduro sorprendió a toda Venezuela al aparecer frente al Batallón Simón Bolívar en el Fuerte Tiuna, para supuestamente “dar inicio” a los ejercicios militares por el Bicentenario de Angostura.
“Decreto la paz para Venezuela para todo el siglo XXI. Estamos del lado correcto de la historia, que nadie lo dude. Defendemos la verdad de Guaicaipuro, aún anda por esta montaña. Defendamos la verdad del Negro Primero”, dijo a los asistentes.
Pero sorprendió hasta a sus propios seguidores cuando apareció rezando junto a los integrantes del Movimiento Cristiano en Venezuela, donde pidió a todos “oren por mi”. “Soy cristiano de Cristo en lo más profundo de mi ser, y cada día que pasa soy más creyente. A pesar de las dificultades y toda la guerra, tenemos los recursos. Pido que me den sus bendiciones y pido por la paz y futuro de Venezuela. Tengo fe en Dios porque me protege con su manto sagrado”, aseguró.
No conforme con tal petición, anunció que Delcy Rodríguez será la encargada de todos los proyectos que surjan de dicho congreso… ¡Na’ guará!
Sin embargo, esta fue la guinda del pastel, porque mientras el país se cae a pedazos, a Nicolás le da por jugar ping pong en vivo. Pero le salió contrincante: Delcy Eloína.
Lo peor es que todo el show fue para anunciar una inversión milmillonaria -y en euros- para supuestamente “poner las ciudades bellas” mientras los venezolanos no tienen ni comida ni medicinas.
“Tenemos que gobernar para que Venezuela sea bella. Tiene que ser un verdadero nuevo comienzo, un nuevo inicio. Es hora que todos nos pongamos en una sola línea, que trabajemos desde hoy por una mejor Venezuela. Para ello he dispuesto de 1.000 millones de euros para embellecer a las 62 ciudades de Venezuela”, explicó.
En definitiva, éste ha sido uno de los días más activos de Nicolás, porque no le dio tiempo siquiera para cambiarse la camisa -detalle que sí hizo su acompañante, Cilia Flores-.
Por los momentos, solo queda decir: ¡El miedo es libre, compadre!
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