Isabella Rodrìguez, la nueva Miss Venezuela oriunda de uno de los barrios más peligrosos de la cuidad capital concedió un entrevista a EFE, donde confesó todos los retos que ha tenido que afrontar en la vida.
A pesar de haber sido asaltada con arma de fuego, tener que sortear la escasez de alimentos y tras haber despedido entre lágrimas a dos hermanos que huyeron de la crisis económica, Isabella no pierde la esperanza de que las cosas mejoren en Venezuela.
Con la misma pasión que habla sobre su barriada lo hace sobre su espiritualidad y aprovechando esa dualidad prevé retribuir algo a sus vecinos, especialmente a las niñas, a través de la labor social obligatoria que debe hacer como reina y que en su caso incluirá asesoramientos y conferencias sobre “empoderamiento” femenino.
Como feminista confesa, cree que es necesario el respeto a la igualdad de género en cualquier trabajo y asegura que abogará para que las pequeñas de su natal Petare, considerada la favela más grande de Latinoamérica, vean en su triunfo un ejemplo cercano de que la constancia es premiada y los sueños se cumplen.
Isabella protestó en las calles de Caracas el pasado 23 de enero, como otros cientos de miles de ciudadanos, en contra de la crisis económica, la misma que la hizo separarse de sus dos hermanos que partieron hacia Perú en búsqueda de mejores oportunidades igual que millones de venezolanos en los últimos años.
Quiero estar en un país con seguridad (…) porque también tengo derecho a una alimentación normal, derecho a vivir en paz”, sostiene y cree que como ella miles de personas, sobre todo en zonas pobres, comparten el mismo anhelo y están dispuestos a trabajar por el bien común.
Sin hablar expresamente de la tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo de su país -que no se reconocen entre ellos- Isabella cree que “muy pronto” Venezuela saldrá de la austeridad del último quinquenio, caracterizada por desabastecimiento de alimentos y medicinas, inseguridad e hiperinflación.
La reina de belleza no ha escapado a lo que estos indicadores se traducen en la vida cotidiana pues en más de una ocasión se ha preguntado junto a sus padres “¿Qué se come hoy?” debido al alto costo de los alimentos que se pueden conseguir y hace apenas tres meses fue víctima de un asalto a mano armada en su propia comunidad.
En el reportaje Isabella fue fotografiada junto a su familia en el humilde barrio donde aun vive.