Cuando se cumplen doscientos años del discurso de Bolívar frente al Congreso de Angostura vivimos nuestra hora más oscura y aciaga. El Libertador en su momento primaveral presentó su proyecto de Constitución. Se destacan su vocación Republicana en la concepción del Estado con independencia y autonomía de poderes. Con alternancia y prohibición de reelección inmediata e indefinida. La unión Americana, expresada en su proyecto de la Gran Colombia. La creación de un poder moral. El rechazo al gobierno prolongado de un régimen o al de un solo hombre. De allí la frase lapidaria más vigente que nunca: “Nada es más peligroso que dejar a un mismo ciudadano mucho tiempo en el poder, el se acostumbra a mandar y el pueblo a obedecer, de donde surge la usurpación y la tiranía.” Bolívar deja claro como en la historia cuando el gobierno es el de la fuerza o no es alternativo tiende a perpetuarse. Por lo que aboga por el gobierno democrático, de las leyes y de los hombres virtuosos.
Paradójicamente a los sucesos de Angostura, el gobierno de facto conmemora la fecha con ejercicios militares y no con educación cívica. Además de proclamar consignas alegóricas al socialismo. Desconociendo qué Marx fue uno de los críticos más duros y de más renombre que denostaron del Padre de la Patria. Grave es que los usurpadores pretenden seguir adueñándose de Bolívar, aunque atenten contra su doctrina, lo que quiso e hizo en Angostura.
El Libertador a la vez en innumerables oportunidades renunció a continuar en el poder. Lo puso todas las veces que pudo a disposición de las demás autoridades: el parlamento, las Fuerzas Armadas y la soberanía popular. Y el poder regresaba a él.
Hoy cuando existen dos presidentes, uno de facto y otro de iure, es tiempo de seguir su ejemplo. El “Pacto Social” está roto y tenemos que reconstituir la República. Es imperativo volver a Bolívar, dejar la ambición a un lado y llamar a elecciones libres y justas. La situación es insostenible: una hiperinflación que rompe todos los pronósticos, desabastecimiento creciente, contracción brutal de la economía, inseguridad desbordada, crisis de efectivo, falta de transporte, luz y agua.
Al margen de la Constitución se saltaron el referéndum revocatorio de mitad de periodo. Propongo retomarlo para que la soberanía popular disponga. Un plebiscito sería la solución. Así se hizo en Chile contra Pinochet, después de 17 años de dictadura. El “No” al continuismo debe marcar también el rumbo del proceso nacional. El cambio es imperativo para salvar la patria.
@OscarArnal