Haberse ganado la corona de Miss Mundo para Venezuela en Londres, en 1981, luego de 26 años sin que su país saboreara ese triunfo en un reinado que sus compatriotas todavía no olvidan, fue una situación que Carmen Josefina León Crespo, mejor conocida como Pilín León, admite no buscó y le llegó como por cosas del destino. Mucho de lo aprendido en esa experiencia le serviría para ayudar a sus compatriotas, un tiempo después. Así lo reseña eltiempo.com
Muy distinto le ocurrió casi dos décadas después a la nacida en Maracay, estado de Aragua, cuando la crisis del vecino país la llevó a tomar la decisión de buscar otros horizontes y establecerse en Barranquilla, tras varios años de insistir, cada vez que podía, en que Venezuela afrontaría una situación como la que hoy vive.
Y es que su voz comenzó a sentirse fuerte en 2002, siete años antes de radicarse en la capital del Atlántico, cuando fue noticia al hacer parte de las protestas que apoyaron el paro petrolero contra el gobierno del entonces presidente Hugo Chávez.
En aquella época, una de las mujeres más bellas de Venezuela, aprovechó para criticar la idoneidad del mandatario de su país cuando los medios de comunicación buscaron su reacción con respecto a la decisión de Chávez de quitar los nombres de cuatro barcos venezolanos que habían sido bautizados con los nombres de cuatro misses, entre ellos el ‘Pilín León’.
Se trató de la misma embarcación propiedad de PDV-Marina que fue objeto de un secuestro por parte de la tripulación opositora al presidente Hugo Chávez. Esa embarcación se declaró en rebeldía y fondeó en el canal de navegación del lago de Maracaibo durante el paro petrolero hasta que volvió a ser recuperada por las fuerzas militares.
“El ‘Pilín León’ fue el buque insignia del paro petrolero que fue tomado por la fuerza por el gobierno que puso presa a la tripulación, hecho que me sirvió de plataforma para sentar mi posición frente a lo que pasaba en mi país y que casi nadie creía en ese momento”, explicó León.
Fueron momentos de tensión en los que, si bien el barril de petróleo se mantenía a buen precio, la exreina advertía sobre lo que podría pasar en Venezuela.
“Con mi esposo notábamos que la empresa sufría por cuenta de las políticas del presidente, y de repente cuando no escaseaba una cosa era la otra, pero nadie sentía que podíamos estar peor”, contó.
“Fui testigo de cómo Chávez se apoderó de lo que pudo”
En 2013, con la muerte de Hugo Chávez, Pilín León y su familia completaban cinco años largos de estar radicados en Barranquilla luego de que la empresa de su esposo, el ingeniero civil Teodoro Pérez, consiguiera enlazarse con empresarios de Colombia para continuar con sus negocios.
Fue el momento en el que León aprovechó para apoyar desde tierras colombianas la candidatura de Henrique Capriles, un cometido que se quedó en el intento, pese a que por primera vez un consulado en esta parte del país lograba una votación elevada por parte de la oposición al gobierno, entonces, a punto de quedar en manos de Nicolás Maduro.
“Fue nuestro primer triunfo al movilizar este consulado con excelentes resultados. Fui testigo de cómo Chávez acabó y se apoderó de lo que pudo. A nuestra llegada nos preguntaban aquí si lo que pasaba en Venezuela era cierto cuando ya nosotros sabíamos hasta de la infiltración de espías cubanos en las instituciones. Entonces también insistimos en radicar en el Congreso de Colombia un documento denunciando todo lo que sabíamos”, explicó.
Ese recuento histórico del chavismo, compilado en un gran documento, fue el primer gran paso que dio, todavía sin estar firmemente conformada, la Fundación Venezolanos en Barranquilla, creada por Pilín León y otros venezolanos, y que más adelante encontró su razón fundamental de ser: la de ayudar a los coterráneos en un éxodo sin precedente que por estos días alcanza su magnitud más alta.
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