La razón de ser de una fuerza armada es la salvaguarda de la integridad territorial y de la vigencia de la constitución, es decir, del estado de derecho.
Veamos el desempeño de la nuestra.
El único que tuvo el valor de enfrentar la penetración cubana, fue el general Vivas, cuando Usó el órgano regular y la Corte Suprema de Justicia para impedir el uso del lema “Patria, Socialismo o Muerte”.
Ni uno solo de los oficiales hizo nada al respecto.
Por el contrario, fueron unos pusilánimes que se dejaron dominar por una fuerza extranjera (cubana) sin oponerse.
Tranquilamente dejaron llamarles “Fuerza armada socialista, chavista y anti imperialista” contrariando todo el ordenamiento jurídico.
Chávez entregó el Esequibo y NINGUNO hizo nada pese a un acto de traición a la patria.
Dejaron actuar a sus anchas a las FARC y al ELN, incluso protegiendo a sus mandos y ofreciéndoles refugio en Venezuela.
Dejaron constituir el “Cartel de los Soles”, que la GNB y las policías establecieran territorios “negociados” donde unos se reservan los secuestros y otros la extorsiones…
Dejaron masacrar gente inocente durante protestas e incluso, abandonaron a sus compañeros de armas quienes, con honor, intentaron, al menos, hacer algo decoroso y consistente con su juramento.
Permitieron la ejecución en vivo y directo de Óscar Pérez y sus compañeros, pese a que es un crimen atacar a una fuerza rendida…
Ahora, solo será su propia cobardía e ineptitud la que obligue a otros militares, de otros países, a actuar para hacer su trabajo de proteger al pueblo venezolano y cumplir con sus obligaciones, aunque para ello tengan que arriesgar sus vidas en una tierra extranjera, solo por hacer lo legal y moralmente correcto que ningún militar venezolano está, aparentemente, dispuesto a hacer.
Con semejante balance, la única pregunta que cabe es:
Una vez restablecido el estado de derecho y la democracia, ¿seguiremos manteniendo unos individuos que regalados son caros? ¿Gastando dinero en nóminas, equipos y prebendas para que, cuando se les necesite no respondan, peor aún, que sean más un problema que una solución?
Creo que hay que evaluar muy bien qué haremos con los militares porque hasta ahora, creo que mucho ayudan tan solo con no estorbar a quienes tan sólo armados de dignidad y coraje, pagando un alto precio en vidas, heridas incapacitantes, traumas psicológicos y encierros en cárceles inhumanas, harán lo que se suponía que debieron hacer los “profesionales de las armas”.
¡Váyanse todos al carajo!