De acuerdo con estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet, aunque desde 1940 la mortalidad infantil descendió sostenidamente, en 2011 empezó a aumentar nuevamente. Hoy las cifras son similares a las de hace dos décadas.
Marielba Núñez – Scidev.Net
Los avances logrados por Venezuela en la reducción de las tasas de mortalidad infantil se perdieron en la última década, cuando el país comenzó a experimentar un retroceso en ese indicador que lo situó en el mismo nivel en el que estaba a finales de los años noventa. Así lo revela un estudio publicado en The Lancet, en una de las revistas más prestigiosas del mundo médico.
La mortalidad infantil en el país había venido descendiendo sostenidamente desde la década de 1940 del siglo pasado hasta el año 2009 cuando, de acuerdo con datos oficiales, se registraron 16,12 muertes de niños menores de un año por cada 1.000 nacidos vivos. (Lea Más de 160 mil niños mueren cada año en América)
Desde entonces, “la tasa empezó a aumentar con un rápido incremento a partir de 2011”, señala el artículo publicado en la revista The Lancet.
Según los investigadores, en 2016 la mortalidad infantil en este país, es decir, el número de niños fallecidos antes de cumplir un año de edad, fue de 21,1 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, cifra bastante similar a la que el país registraba hace 20 años, cuando había 20,8 muertes por cada 1.000 nacidos vivos.
Para hacer los cálculos, los investigadores tomaron en cuenta las últimas cifras oficiales disponibles (año 2014) divulgadas por instituciones oficiales venezolanas, como el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Estadísticas, y las complementaron con otras fuentes, entre ellas una encuesta nacional realizada por universidades venezolanas sobre las condiciones de vida de la población en 2017.
La investigación es el resultado de un esfuerzo por subsanar la falta de información pública en el país, donde no se ofrecen datos oficiales sobre mortalidad infantil desde el año 2014, señala a Scidev.Net Jenny García, del Instituto Nacional de Estudios Demográficos de Francia, autora principal del estudio.
“Pensamos que las cifras pueden ser más altas que las estimaciones que hemos hecho porque los supuestos que estamos usando para la aplicación de modelos estadísticos son conservadores”, indica García.
“Nuestros hallazgos son hasta 2016 y sabemos que en 2017 y 2018 las cifras van a estar peor de lo que estamos proyectando, porque las condiciones del país han empeorado y eso no va a poder reflejarse en el modelo estadístico que tenemos”, alerta.
Uno de los supuestos sobre el que García y sus colaboradores basaron su cálculo es que el país ha mantenido el mismo subregistro de muertes y nacimientos que se presentaban hasta 2012.
“Pero sabemos que en tiempos de crisis, no solo económica sino institucional, como la que está teniendo Venezuela, esto puede variar y puede ser mucho mayor la cantidad de muertes fuera del hospital que las que registraba el patrón histórico”, dice García.
Venezuela enfrenta actualmente una emergencia humanitaria debido al colapso de su sistema de salud y a la reemergencia de enfermedades transmisibles como malaria, sarampión y difteria, según reconoció en un documento la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La escasez de medicamentos impide el tratamiento de enfermedades crónicas, como el VIH.
“De acuerdo con el programa nacional contra la infección por el VIH/SIDA, 69.308 de los 79.467 pacientes con infección por el VIH registrados para recibir tratamiento antirretroviral no lo están recibiendo”, señala el informe.
Un artículo que se publicará en abril de este año en la revista Emerging Infectious Diseases del Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades de Estados Unidos recoge varias cifras de las enfermedades prevenibles por vacuna que han resurgido, entre ellas el sarampión.
Hasta octubre del año pasado se habían reportado en el país 5.525 casos de sarampión, incluyendo 73 muertes. De difteria se confirmaron 1.249 casos, señala ese artículo.
Política errática
El retroceso en los logros en el área de salud se relaciona con el deterioro de las políticas públicas, refiere el estudio de The Lancet.
“Entre 2007 y 2009, por ejemplo, el Ministerio de Salud de Venezuela no proporcionó vacunas contra la poliomielitis; difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis B y Haemophilus influenzae tipo b; a niños menores de 5 años, y no vacunaron a casi el 20 por ciento de niños en 2010”, señala.
El gobierno sigue sin reconocer la emergencia en salud, aunque tampoco la niega abiertamente, pero se rehúsa a aceptar ayuda humanitaria.
Junto con la OPS ha implementado el Plan Nacional de Respuesta, mediante el cual aseguran que han vacunado a 8 millones de niños entre 6 meses y 15 años de edad contra el sarampión y a 4,8 millones de niños entre 7 y 15 años de edad contra la difteria, con el fin de detener los brotes de estas enfermedades.
Sistema de salud en ruinas
La conclusión de la investigación revela el “deterioro profundo del sistema de salud venezolano”, comenta a Scidev.Net el médico infectólogo venezolano, Julio Castro, investigador de la Universidad Central de Venezuela quien no participó del estudio.
Él, junto con la Sociedad Venezolana de Infectología y la Red venezolana Defendamos la Epidemiología, ha denunciado públicamente la ausencia de datos oficiales.