La actividad económica de nuestro país, ha venido cayendo a partir de 2013 y eso se refleja en cifras del Fondo Monetario Internacional, que expresan un acumulado de 53% del producto Interno Bruto (PIB) entre 2013 y 2018, es decir que la actividad económica interna es menos de la mitad de lo producíamos en 2012. Esa reducción del crecimiento económico interno supera a las crisis económicas que padecieron países como Estados unidos cuando la gran recesión del siglo pasado y a la de Alemania después de la primera guerra mundial.
La grave crisis económica que padece nuestra nación, se debe a la aplicación de una serie de políticas económicas que a pesar de haber fracasado en países de la órbita comunista, aquí en nuestro país tercamente el régimen continuó aplicando. El denominado Plan de la Patria, legado del desastre económico y social del líder eterno del régimen, fue heredado por su sucesor para terminar de masacrar al sector de la producción nacional y matar de hambre y de mengua a gran parte nuestra población.
Nuestro país debido a los altos precios del petróleo vivió una bonanza ficticia, pero a partir del 2013 debido a la caída de los precios del crudo y posteriormente a la disminución de la producción de Pdvsa, entro a la realidad de la precariedad social: aumento de la pobreza, escasez de alimentos y medicinas, deterioro de los servicios públicos e incremento de la inseguridad ciudadana. Inicialmente el problema del crecimiento de la pobreza, de la escasez de alimentos y de medicinas fue conformando un cuadro de crisis humanitaria, que en la actualidad ha degenerado en emergencia humanitaria.
Las crisis humanitarias en el mundo vienen determinadas por dos causas: los desastres naturales y los conflictos armados, pero en el caso de nuestro país ha sido causada por la desacertada política económica del régimen y por la ingobernabilidad caracterizada por la inexistencia legitima de la mayoría de los poderes públicos y el desconocimiento por parte de éstos del único poder legítimo de origen, que es la Asamblea Nacional. En ese sentido, distintas organizaciones nacionales e internacionales, han calificado la grave situación social, política y económica de nuestro país como una emergencia humanitaria compleja, debido a que este grave problema ha sido generado por un mal gobierno y no por un desastre natural o un conflicto armado.
Como es del conocimiento nacional e internacional, esta emergencia humanitaria compleja se debe a que: el 94% de nuestra población no tiene los ingresos suficientes para pagar los precios de una canasta de alimentos, la caída de la producción nacional y de las importaciones que supera el 70%. Además, el 80% de los hogares venezolanos vive en inseguridad alimentaria, lo que ha ocasionado que el 64% de nuestros compatriotas registra una acelerada pérdida de peso y el 33% de los niños entre 0-2 años de edad de sectores pobres tiene retardo de crecimiento.
Además del problema del hambre y la desnutrición, existe un aumento de 66% de muertes maternas y 30% de muertes infantiles en los últimos cinco años. También somos el país con mayor cantidad de casos de malaria y sarampión en la región de América, a esto se suma la debilidad de los programas públicos de atención específica para poblaciones con VIH y pacientes dializados.
Incide también en el contexto de la emergencia humanitaria compleja, la debilidad institucional de nuestra nación, el crecimiento del índice delictivo y el indetenible deterioro de los servicios públicos. La mayor prueba de que existe una emergencia humanitaria compleja, además de nuestro diario sufrimiento, es la diáspora que ya, lamentablemente, representa más del diez por ciento de nuestra población.
La Asamblea Nacional, diseñó la Estrategia Nacional de Atención a la Emergencia Humanitaria Compleja, para darle solución a las necesidades inmediatas de nuestros conciudadanos que viven la peor crisis padecida por población alguna en tiempos de paz. La estrategia de la Asamblea Nacional y del Presidente interino Juan Guaidó, se enmarca en: lograr la apertura de la frontera para que se dé el inicio del abastecimiento de emergencia en alimentación y salud; el despliegue nacional de más de 750 mil voluntarios en labores de distribución y abastecimiento de la ayuda humanitaria y la implementación de políticas públicas para la atención de la emergencia social, esta fase incluye el acceso a programas de subsidios directos para compensar la caída del consumo familiar.
El diseño de la estrategia señala también, el aspecto de la producción y del abastecimiento pleno de alimentos, teniendo como prioridad el abastecimiento oportuno y suficiente de alimentos durante los primeros meses de la transición para atender la emergencia humanitaria, estimulando paralelamente la producción nacional. Existe la determinación de garantizar el derecho humano a la alimentación, sin ningún tipo de exclusión, erradicando la manipulación política hacia la población más vulnerable. Trabajamos incansablemente en eso. Lo estamos logrando.
Fernando Camino Peñalver
@fernandocaminop