Los analistas consultados por ALnavío tienen claro que sin el general Vladimir Padrino López, Nicolás Maduro se queda solo. Y estando solo se cae su régimen. Pero para que el militar abandone sin armar alboroto, hay que darle una escapatoria. Por eso el asilo en España lo ven como una buena idea.
La clave está en Vladimir Padrino López. El general, el ministro de la Defensa, el jefe de los militares, el que aún sostiene a Nicolás Maduro en el poder. Pero al mismo tiempo, la persona del régimen que más mensajes le envía a la oposición, la persona que hace poco se reunió con viejos militares para conocer su opinión sobre lo que está pasando en Venezuela. Todo esto lo pudo saber ALnavío. Por todo esto le presionan. Tanto desde el equipo de Juan Guaidó como desde la comunidad internacional.
“Hay una presión obvia”, dice a este diario Anna Ayuso, investigadora principal para América Latina del Centro de Información y Documentación Internacional de Barcelona (Cidob).
“Puede ser que los servicios de inteligencia americanos intenten erosionar la posición de Padrino López frente al estamento militar”, agrega Aníbal Romero, profesor de Ciencia Política en la Universidad Simón Bolívar y articulista de ALnavío.
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