Juan Guaidó es el presidente encargado. La Asamblea Nacional, el único órgano de representación legítimo. El objetivo final: que con una transición pacífica los venezolanos decidan su futuro en las urnas. Esta es la hoja de ruta de la Unión Europea para Venezuela. La que defienden prácticamente todos los eurodiputados. Luego aparecen los matices.
¿Cuánta presión ejercer contra Nicolás Maduro? Este es el interrogante que anima el debate en la Unión Europea. Quedó palpado este martes en Estrasburgo, donde celebró un pleno en el Parlamento Europeo centrado en Venezuela, su crisis, y cómo no: el apagón.
Hay consenso en reconocer a Juan Guaidó como presidente encargado. Consenso en decir que la Asamblea Nacional es el único órgano de representación legítimo en Venezuela. Consenso también en el objetivo: que la transición sea pacífica y que los venezolanos decidan su futuro en las urnas. ¿Cómo lograrlo? Ahí comienzas las dudas.
Neven Mimica, comisario de Cooperación Internacional y Desarrollo, defendió en Estrasburgo la posición de Bruselas: “Solución política y pacífica. Que se liberen los presos políticos. Que haya elecciones en las que todos los líderes políticos compitan en los mismos términos”.
En definitiva, Mimica lo que defiende es el Grupo de Contacto impulsado por la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, y en el que participan países como España, Francia y Alemania. Un grupo que interacciona con el equipo de Guaidó, pero también con el de Maduro. De ahí las críticas de buena parte de los eurodiputados.
Los eurodiputados piden más contundencia
“Con el Grupo de Contacto la UE está haciendo el ridículo”, apuntó Beatriz Becerra, del Grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas (ALDE). “Lo único que debe hacer Europa es llamar al presidente Guaidó y preguntarle qué es lo que puede hacer por él, y por los venezolanos”.
Javier Nart, también del grupo ALDE, insiste en reforzar las sanciones. “Pido toda la solidaridad para el pueblo venezolano y, para la repulsiva clase cleptocrática madurista, todas las sanciones”.
Esta línea la siguió Esteban González Pons, del Partido Popular Europeo. Pidió incrementar “la lista de sancionados y de sanciones” y pidió también que los europeos se pongan en la piel de los venezolanos.
“Si nosotros nos quedáramos sin electricidad, en una hora morirían todos los pacientes que están en cuidados intensivos, en 15 horas nos quedaríamos sin insulina, en 20 horas sin agua del grifo. En un día se estropearían las comidas en las neveras. En dos días morirían los bebés que están en unidades de neonatos. En tres días el agua almacenada dejaría de ser potable. Y a partir del quinto día morirían los pacientes que necesitan diálisis”.
Pons estructuró así la intervención para que la gente empatizara. Se pusiera en lugar de los venezolanos que ahora resisten en el país. Un país que acumula más de 100 horas sin electricidad, donde la luz va y viene, donde la gente acude a las cloacas a tomar el agua que no tiene.
“Nicolás Maduro es metáfora de la muerte. Y su régimen es la muerte misma. Si de verdad creemos que ser europeos es ser cuestión de principios, no dejemos solo al pueblo venezolano”, concluyó el eurodiputado.
Paulo Rangel, como representante de los Populares Europeos, instó a Bruselas a ejercer más presión diplomática contra Maduro. Siguió el discurso de su grupo, pero también hizo un ejercicio de autocrítica. “En la UE nos hemos quedado mucho tiempo parados para reconocer que Maduro es un dictador”.
A Maduro, las cosas claras
Ramón Jáuregui, de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, comparte el diagnóstico de Pons, pero no la solución. Su postura va en la línea que implementa la UE con el Grupo de Contacto, pues piensa que un endurecimiento en el discurso podría interrumpir la solución política para Venezuela.
“Es hora de hacer pronósticos serios y dramáticos. No sólo por la falta de luz. Están creciendo los riesgos de un enfrentamiento interno en Venezuela. La ruina del país puede acabar en una contienda social, o peor. La UE está acertando en una negociación pacífica. Los únicos que pueden hablar en este momento en Venezuela son la UE y el Grupo de Contacto. No hay otro camino para evitar la contienda social y para que la salida sea democrática y pacífica”, dijo.
Ana Gomes, también de los socialistas, agregó que en estos momentos “lo más importante” es velar por el pueblo y conseguir unas elecciones. Pero, al mismo tiempo, “hay que dejar bien claro que los líderes del régimen se van a enfrentar a la justicia internacional, que van a pagar caro la destrucción de su país. La UE tiene que ser clara en esto”.
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