Pero, tras escucharla, todo cambió. Durante cerca de dos horas, sus homólogos europeos la bombardearon con preguntas, para saber qué motivaba su pedido de aplazar al 30 de junio el Brexit, inicialmente previsto para el 29 de marzo.
Pero su actitud “evasiva” durante el primer día de cumbre en Bruselas provocó “incertidumbre e ira entre los demás dirigentes, convencidos de que el tercer voto [en la Cámara de los Comunes] iba a ser negativo”, explicó una fuente europea.
“No tengo plan B, me aferro al plan A”, respondió May a las insistentes preguntas de sus pares sobre qué haría si el plan de divorcio negociado volvía a ser rechazado por tercera vez la próxima semana, añadió la misma fuente.
Según un responsable europeo, cuando May se retiró de la sala hacia las 17H30 (16H30 GMT) para dejar que los 27 tomasen una decisión, el presidente francés, Emmanuel Macron, uno de los más exigentes con Londres, expresó la inquietud latente.
“Cuando llegué a la reunión, pensaba que había un 10% de probabilidades de que el acuerdo [en el Parlamento británico] pase, ahora pienso que hay 5%”. A lo que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, le respondió que era “optimista”.
– May, relegada –
El intercambio con la primera ministra británica obligó a los europeos a cambiar sus planes. Sus socios habían previsto acordarle una prórroga hasta el 22 de mayo, víspera de las elecciones europeas, si el acuerdo de divorcio salía adelante.
Pero ante los temores de que no lograra una mayoría en Westminster, los 27 tuvieron que idear un plan más complejo. “Obviamente, el plan de dos opciones se decidió después de escuchar a May”, dijo un diplomático europeo.
Entonces, los segundos espadas de los líderes del bloque se pusieron manos a la obra en los pasillos del edificio Europa, sede del Consejo, como muestra una foto del embajador de Bulgaria que publicó en Twitter pasadas las 20H00.
En ésta se ve a unos 20 funcionarios, entre ellos el influyente consejero de Macron Clément Beaune; la número dos del equipo negociador europeo Sabine Weyand; e incluso la jefa de gabinete del presidente de la Comisión, Clara Martínez, trabajando de pie o en cuclillas alrededor de un papel para encontrar un compromiso.
Mientras tanto, May, estaba en una sala, no muy lejos de allí, junto a su equipo, limitada a seguir la discusión de sus socios mediante las filtraciones que los periodistas publicaban en sus cuentas en las redes sociales, explicó un responsable británico.
Y, hasta en tres ocasiones, Tusk, que preside las reuniones de los mandatarios, abandonó al resto de líderes para informar a la británica sobre el contenido y el avance de las discusiones, según la misma fuente.
– ‘Larga, muy larga’ –
El resultado final se hizo esperar. La reunión “ha sido larga, muy larga, (…) muy intensa”, dijo poco antes de la medianoche el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que explicó que debatieron “prácticamente toda la tarde y toda la noche”.
Los mandatarios se vieron obligados a prolongar más allá de lo planeado su discusión sobre el Brexit y anular su debate sobre la estrategia europea con China, prevista durante una cena de trabajo con langostinos, a la que la ‘Premier’ no asistió.
La solución alcanzada se plasma en dos opciones: Si la Cámara de los Comunes avala el acuerdo de divorcio, la salida se postergará al 22 de mayo, para ultimar los detalles técnicos de la separación. En caso contrario, el límite sería el 12 de abril, a la espera de nuevas decisiones en Reino Unido.
“La respuesta está ahora del lado de los británicos y […] ese es el gran logro de este día”, dijo un exultante presidente francés. “Ahora tiene que ser el Parlamento británico el que nos diga qué es lo que quiere”, subrayó Sánchez.
Con este nuevo acuerdo bajo el brazo, la jefa del gobierno británico no perdió el tiempo y regresó directamente en la mañana del viernes a Londres para enfrentar una nueva batalla en su Parlamento.
Y se despidió con un mensaje claro: “Ha llegado el momento de tomar una decisión, si aprobamos el acuerdo la próxima semana podremos irnos el 22 de mayo”, aseguró en una rueda de prensa tras aceptar el plan europeo.
AFP