Las autoridades cubanas han dado a los funcionarios instrucciones de evitar el concepto período especial cuando se dirijan a los ciudadanos, según han revelado a 14ymedio fuentes en organismos estatales.
“Reunieron a los cuadros administrativos para comentar que vienen momentos muy difíciles”, cuenta a este diario un trabajador de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria en Pinar del Río. “Fue un encuentro con directivos del Minal que vinieron de La Habana en el que puntualizaron que no podíamos usar en las comunicaciones con la población la frase ‘período especial'”.
En los años 90, el Gobierno insistió en definir la grave situación económica de la Isla como período especial en tiempos de paz para evitar las palabras crisis o colapso económico. El eufemismo generó numerosos chistes y juegos de palabras, pero finalmente se impuso incluso en los titulares de la prensa extranjera y la identificación ha resultado tan clara que ahora es el concepto a evitar.
“Nos dijeron que son tiempos de cuidar mucho lo que se dice para evitar crear alarma o darle armas al enemigo para su propaganda contra Cuba”, agrega el empleado del Minal en Pinar del Río. “Pero también aclararon que tendremos serios problemas con la importación de materia prima en los próximos meses, que afectarán varias producciones, entre ellas las de la Fábrica de Refrescos Los Portales, en el municipio de Guane”.
En el ámbito informativo sucede lo mismo. Un recién graduado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (FCOM) que trabaja en una emisora de radio, explica que existe la “orientación desde arriba” de evitar el uso del sintagma período especial.
“Nos han dicho que debemos usar frases como ‘tensión económica’ o ‘dificultades con la llegada de materias primas’ pero siempre con un enfoque optimista y dejando claro que va a superarse en los próximos meses”, explica.
El joven sostiene que los reporteros y guionistas han sido instados en varias reuniones a subrayar “los desafíos y retos” que tiene ante sí la economía de la Isla pero “evitar el uso de frases pesimistas que puedan provocar nerviosismo”.
En las últimas semanas, en la emisora radial donde trabaja han recibido numerosas llamadas de oyentes molestos por la carestía de productos básicos como aceite, pollo y huevos, pero la respuesta que deben dar es que “se trabaja en la solución de esos problemas”, revela el periodista. “Hay que transmitir optimismo, nos han dicho”, recalca.
La cautela de los profesionales de la información que trabajan en medios oficiales resulta justificada. En la década pasada un comentarista deportivo aseguró en la televisión oficial que el Período Especial no había terminado y eso provocó una airada reacción de Fidel Castro, quien escribió una de sus acostumbradas reflexiones desmintiendo ese enfoque.
El economista Carmelo Mesa Lago recuerda en un reciente texto que “entre 1960 y 1990 Cuba recibió 65.000 millones de la URSS, dos tercios de los cuales no era reembolsable; esta ayuda fue superior a la recibida por toda América Latina durante la Alianza para el Progreso”. Con el fin del apoyo soviético, “ocurrió un marcado declive en todos los indicadores económicos y sociales”.
Casi tres décadas después del comienzo de la crisis de los 90, el Gobierno no ha anunciado oficialmente el final de una etapa que en el imaginario colectivo está asociada a los apagones eléctricos, la escasez de comida y los problemas para transportarse. El uso de “especial” aludía a las medidas tomadas por Fidel Castro en aquella época destinadas a amortiguar los efectos de la depresión aparcando algunas fórmulas de la economía centralizada. Se permitió la circulación del dólar, la inversión extranjera, la llegada de remesas y la reaparición de un emergente sector privado.
Tras ese momento en que se tocó fondo, la ayuda proveniente de Venezuela permitió desde inicios de este siglo reflotar la economía de la Isla. A pesar de eso y tras dos congresos del Partido Comunista de Cuba, la designación de un nuevo presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y hasta la ratificación de una nueva Carta Magna, no se ha decretado el Período Especial como una etapa superada.
Las señales de que la economía cubana podría derivar en una crisis similar se han acentuado en los últimos meses, como reflejan informaciones aparecidas en la prensa independiente o internacional, tras la disminución de los envíos petroleros desde Venezuela, el congelamiento del crédito para nuevas exportaciones desde Brasil y el fin del programa Mais Médicos en ese país suramericano.
Algunos economistas advierten que la situación dista mucho de la surgida en los años 90, debido al fortalecimiento del turismo, de la inversión extranjera y de la existencia de más de medio millón de trabajadores por cuenta propia, pero en las calles cubanas las palabras período especial comienzan a escucharse cada vez con más frecuencia, aunque los medios oficiales y los funcionarios estatales tengan prohibido decirla.