Algunas veces sorprende que hombres de ciencia recurran al todopoderoso y le confieran la posibilidad de causalidad en empresas tan complejas como superación de situaciones como las del holocausto o la liberación de un país. Cuando estas personas científicas, estudiadas y contemplativas ponen a Dios en su boca, uno puede pensar que estamos a la deriva del Señor y nada más, que no queda otra cosa, otro remedio que el acto de rezar, y aunque a veces parece ser así, en las que no se encuentra la luz dentro de los ámbitos estrictamente racionales, espiritualmente la fe nos ilumina.
“¡Señores Dios es venezolano! Vamos bien y pronto seremos libres” con esta frase cerró John Magdaleno una ponencia producida por Creemos Alianza Ciudadana. Este politólogo mata pasiones, es decir, mata sueños para aquellos politiqueros de oficio que alejados de la realpolitik pretenden “liberarnos de los malandros” con estrategias propagandísticas. Después de darnos un recorrido bastante extenso y racional sobre la manera en que 88 regímenes autoritarios pasaron a democracias, terminó con esta mágica frase apelando a la voluntad de poder que el hombre encuentra en la fe y la esperanza.
La complejidad del caso venezolano es difícil de comprender. Algunos hemos vivido situaciones muy difíciles con familiares y amigos durante los últimos años. Nuestro país ha estado en manos de ingentes cuyo valor del ser humano se reduce a la nada. Pero somos más que las vacías consideraciones de quienes ostentan el poder hegemónicamente. Los venezolanos somos individuos dueños de nuestro destino y por ende, constructores de la manera en que nos relacionamos, vivimos, comemos y amamos, por esto tenemos todas las capacidades para crear el país que queremos.
Afirmar que Dios está con nosotros, es decir también que nos acompaña en todo este difícil camino que es reconquistar nuestra perdida libertad, nuestra república y adquirir espiritualmente la fuerza necesaria para, una vez retomada, protegerla de cuantos atenten contra ella y construir una Venezuela de oportunidades y de crecimiento para forjar el futuro exitoso que queremos.
En esta semana mayor, las iglesias son los templos en los que la voz de la esperanza llega a nuestros espíritus. Que estas voces y estas plegarias estén dirigidas a encontrar un poco de sosiego ante la oscura Venezuela que actualmente tenemos, nos dice que el cambio que necesitamos hoy, no es solo material sino espiritual y que en este arduo camino que aún nos falta por recorrer, el sosiego ante tanta incertidumbre lo conseguiremos a partir de la fe.
Desde Unidad Visión Venezuela, nos unimos a las plegarias de millones de venezolanos que queremos un país libre de opresión y juntos, lograremos obtener nuestra libertad. ¡Vamos Bien!
Heisy Mejías
Secretaria Juvenil de Unidad Visión Venezuela
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