El PSUV, el alto mando de la Fuerza Armada Nacional de Venezuela, e incluso Cuba deberían tomar en serio la negociación que Donald Trump, por medio de su enviado especial Elliott Abrams, les ofrece. Después de todo siempre es preferible un mal acuerdo a una buena pelea. En esta última tienen todas las de perder, y Trump y Abrams no están jugando. Así lo reseña alnavio.com
Por Pedro Benítez
Se le atribuye al primer ministro británico Winston Churchill la genial frase según la cual “siempre se puede contar con los estadounidenses para hacer las cosas de manera correcta después de que hayan intentado todo lo demás”. Para contribuir a llevar a Venezuela a un cambio político que culmine con la salida de Nicolás Maduro del poder, Donald Trump, el pragmático, el magnate inmobiliario que ejerce el cargo de presidente de Estados Unidos, ha decidido intentarlo todo, incluso jugarse la carta de la negociación.
Esa carta tiene nombre y apellido: Elliott Abrams. Este, en su condición de “enviado especial” para tratar la situación venezolana, ha persuadido a Trump (por ahora) de esa estrategia.
Ayer el veterano funcionario republicano la expuso claramente en su intervención ante el Atlantic Council. Su mensaje tuvo dos destinatarios: el chavismo como movimiento político y el alto mando de la Fuerza Armada Nacional venezolana (FAN).
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