Obama y Mark Zuckerberg han elogiado los libros de Yuval Noah Harari. En el último, Homo Deus, recomendado por Bill Gates, Harari habla acerca del dataísmo que “no venera ni a dioses ni al hombre: adora los datos”. Los dataístas creen que todo lo bueno (incluido el crecimiento económico) depende de la libertad de información. Si queremos crear un mundo mejor, la clave es liberar los datos. El flujo de información es el valor supremo y la libertad de la información es “el mayor bien de todos”, reseña Pijamasurf.
Dataísmo es un término que ha sido utilizado para describir la mentalidad, filosofía o religión creada por el significado emergente del Big Data, la inteligencia artificial y el Internet de las cosas (IoT).
Como toda religión, tiene sus mandamientos prácticos:
El primero y principal:
Un dataísta debe maximizar el flujo de datos conectándose cada vez a más medios, y produciendo y consumiendo cada vez más información.
Su segundo mandamiento es conectarlo todo al sistema:
Y todo significa más que sólo los humanos. Significa todas las cosas. Mi cuerpo, por descontado, pero también los coches de la calle, los frigoríficos de las cocinas, las gallinas del gallinero y los árboles de la jungla: todo debe conectarse al Internet de las cosas.
El frigorífico controlará el número de huevos que contenga y le hará saber al gallinero cuándo se necesita un nuevo envío. Los coches hablarán entre sí, y los árboles de la jungla informarán de la meteorología y de los niveles de dióxido de carbono.