Un hombre sospechoso de haber acabado con la vida de sus cinco hijos pequeños y transportar los cadáveres en el maletero de su vehículo durante una semana se ha justificado esta semana asegurando que «oyó voces que se lo ordenaron». Timothy Jones, de 37 años y residente en Carolina del Sur, fue arrestado el 6 de septiembre de 2014 en Misisipi acusado de un presunto infanticidio. Tras estrangularlos uno a uno con un cinturón a raíz de un brote esquizofrénico, Jones deambuló por el sur de EE.UU. con los cuerpos de sus hijos en el coche, antes de ser detenido en un retén policial. Así lo reseña abc.es
«No está loco. Es un asesino. El deber de un padre es proteger a sus hijos», apuntó el procurador general del caso, Shawn Graham, contra los argumentos de la defensa del acusado, que arguye que Jones padecía una esquizofrenia no diagnosticada. Tras iniciarse el juicio esta semana, el sospechoso se enfrenta ahora a la pena capital.
Según la confesión de Jones, la noche de los hechos se habría enfadado con una de las víctimas, de seis años de edad y, tras asfixiarla, procedió a hacer lo mismo con el resto. Después, los metió en el maletero de su todoterreno y condució durante los siguientes siete días con ellos a bordo hasta decidirse a enterrarlos en un paraje en Alabama. Ninguno de los menores superaba los ochos años. Jones fue finalmente detenido en un control fronterizo, cuando las autoridades detectaron un fuerte olor a sangre en el interior del vehículo. Al inspeccionarlo, los agentes hallaron restos de gusanos y marihuana sintética. El sospechoso fue inmediatamente puesto a disposición judicial.