Científicos chilenos alertaron de que el retroceso en los glaciares de la Patagonia chilena como consecuencia del cambio climático genera “un grave impacto” en la biodiversidad que vive y se alimenta en las columnas de agua que se derrite en el frente de estas masas de hielo.
Oceanógrafos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas de Altas Latitudes (Ideal) de la Universidad Austral de Chile (UACh) informaron este miércoles sobre la relación directa entre el calentamiento global que derrite la lengua glaciar y hace retroceder el hielo, junto con la cantidad y calidad de la vida marina en sus cercanías.
Los expertos realizaron una investigación en los fiordos Pía y Yendegaia, en el canal del Beagle, en la austral región de Magallanes, donde compararon la respuesta de los organismos en el agua de ambos lugares, que tienen distinto tipo de descarga de agua dulce procedente de los glaciares.
Gracias a la medición de la temperatura, salinidad, turbidez y concentración de clorofila en el agua, muestras de zooplanton y agua a diversas profundidades, los expertos de Ideal instalaron una trampa de sedimentos para medir la cantidad y el tipo de material que cae al agua desde el hielo glaciar.
Por un lado, en el fiordo Pía, donde la lengua del glaciar desemboca directamente en el mar, los científicos detectaron un sistema muy productivo, con alta concentración de algas que atraen una gran cantidad de copépodos (diminutos crustáceos, principalmente zooplanton) que se alimentan de esos vegetales marinos.
Sin embargo, en el fiordo Yendegaia el glaciar tiene su frente 14 kilómetros río arriba, por lo que el sistema trófico en el lugar es “mucho más pobre”, según los oceanógrafos de Ideal.
“A pesar de que el fiordo Pía es más productivo, presenta también un ambiente hostil para los copépodos; generando alta mortalidad. Esto se encuentra asociado a la gran cantidad de materia inorgánica que es liberada en la columna de agua desde el glaciar”, explicó el doctor Ricardo Giesecke, líder de la investigación.
Los expertos confirmaron que de estos animales marinos, los de mayor tamaño tienen más dificultad en discriminar las partículas que ingieren, lo que produce una disfunción alimenticia y finalmente la muerte.
La diferencia en estos dos lugares, apenas separados por 65 kilómetros, hizo que los expertos concluyeran que el impacto del cambio climático en los glaciares afecta directamente a la cadena trófica y, concretamente al zooplanton, básico tanto en la absorción de CO2 de la atmósfera como en forma de alimento para otros animales.
EFE.