Las aproximadamente 400.000 personas involucradas en la aventura colectiva de llevar al hombre a la Luna, que fue el programa Apolo de la NASA, salen a la luz en un documental al acercarse el 50 aniversario del primer alunizaje.
El cineasta Zachary Weiss no eligió a Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin, los tripulantes del Apolo 11 que fueron los primeros hombres en llegar a la Luna (20 de julio de 1969) y, en el caso de los dos primeros, en caminar sobre su superficie (21 de julio de 1969), como protagonistas de “When We Were Apollo”.
Se puede decir figuradamente que Weiss eligió la cara oculta del programa Apolo para su ópera prima, que se presentó el martes en el Museo Frost de Ciencia de Miami y este miércoles 26 de junio en un acto comunitario en Cocoa Beach, una localidad de la misma zona floridana donde está el Centro Espacial Kennedy, desde donde despegó el cohete más famoso de la Historia.
A lo largo de junio y julio el documental se puede ver en distintas estaciones de la cadena publica de televisión de Estados Unidos (PBS), después recorrerá festivales y en otoño llegará a la plataforma de “streaming” Amazon Prime.
El cineasta de 37 años, criado en el sureste de Florida pero hoy radicado en Los Ángeles, subraya a EFE que lo que quería era dar voz a las miles de “personas corrientes” que participaron en un proyecto que es recordado como uno de los hitos de la civilización.
Obviamente tuvo que seleccionar a un grupo que representará a los 400.000: las dos mujeres y los 17 hombres que cuentan su historia en “When We Were Apollo”, que aun no tiene título en español.
Aunque defiende que “un buen documental te anima a pensar pero no te dice en qué pensar”, Weiss cree que las imágenes de archivo y las palabras de los entrevistados le dicen al espectador: “somos más fuertes cuando trabajamos juntos”.
A su juicio, el programa Apolo trajo más beneficios que el poder decir que EE.UU. había conquistado la Luna, pues demostró que hay que marcarse grandes desafíos como sociedad y eso podría aplicarse, ahora por ejemplo, para frenar el cambio climático antes de que destruya el planeta.
El californiano John Filson, productor del documental, dice a EFE que Weiss, al que conoció hace dos años y medio en Los Ángeles, le trasladó su entusiasmo por sacar de la oscuridad a la legión de célebres desconocidos que con su trabajo y esfuerzo hicieron posible una hazaña que también fue vista como una victoria estadounidense sobre la URSS en plena Guerra Fría.
Para lograr los fondos necesarios para filmar, recurrieron tres veces a la plataforma Kickstarter.
El 18 de octubre de 2018 anunciaron en Twitter que estaban “emocionados” de haber puesto fin a su campaña de recaudación de fondos “con 304 contribuyentes y 25.926 dólares”.
También lograron una subvención de una fundación de Alabama, el estado en donde se construyó el cohete Saturno-V que propulsó al Apolo 11 desde la plataforma LC 39A del Centro Kennedy (Florida) el 16 de julio de 1969.
El Saturno-V fue construido en el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA en Huntsville, Alabama, cuyo primer director fue el científico alemán Wernher von Braun, quien trabajó en la Alemania nazi y, después de la victoria aliada en la II Guerra Mundial, para Estados Unidos.
Una de las dos mujeres de “When We Were Apollo”, Heidi Collier, es hija de Fritz Weber, uno de los 120 científicos que trabajaron en la fabricación de cohetes en Alemania durante la guerra y fueron acogidos en Estados Unidos para que compartieran sus conocimientos.
Bob Barnini, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, All Koller, que era un pasante de la Agencia de Misiles Balísticos (AMBA) con 17 años cuando se involucró en el proyecto, o James Jennings, de la NASA, son algunos de los que aportaron sus recuerdos al documental.
“El proyecto Apolo fue ejecutado principalmente por personas treintañeras o incluso más jóvenes, Así que tenías a todos esos tipos deseando trabajar doce o dieciocho horas al día para que se lograra. Nunca he visto otro proyecto como éste”, dice Jennings.
Al igual que el programa Apolo, Weiss y sus socios tenían una misión: saber quiénes eran los hombres y mujeres involucrados, dónde estaban y qué pensaban de lo que contribuyeron a hacer realidad, según dice la web del documental.
Algunos de los que aparecen en esta producción de Contact Light Films dieron dinero para que se pudiera filmar, dice Filson a Efe.
El “espíritu Apolo”, como los que hicieron “When We Were Apollo”, también cundió en el proyecto cinematográfico.
“Lo más importante no era el dinero, lo más importante era crear una comunidad”, subraya el productor hablando en español.
El costo total del documental ha sido de 100.000 dólares y el resultado, una visión distinta de una hazaña que no ha perdido brillo en los 50 años transcurridos.
Filson destaca el orgullo que demuestran todos los entrevistados por haber formado parte del Apolo y cómo estaban dispuestos a hacer grandes sacrificios para conseguir la conquista de la Luna.
Si de ellos hubiera dependido, no hubiera habido que esperar al 11, habría sido un Apolo anterior, subraya.
EFE