El Vaticano abrirá dos tumbas para buscar a una joven desaparecida hace 36 años

El Vaticano abrirá dos tumbas para buscar a una joven desaparecida hace 36 años

Nuevo y sorprendente golpe de escena en el caso de Emanuela Orlandi, la joven de 15 años hija de un empleado de la Prefectura de la casa pontificia del Vaticano, desaparecida misteriosamente en Roma el 22 de junio 1983, un caso que desde entonces atrajo la atención mundial. Así lo reseña abc.es

Después de las denuncias de la familia, el vaticano ha decidido, según ha anunciado la Sala de prensa del Vaticano, abrir dos tumbas del Cementerio Teutónico, donde los parientes de Emanuela Orlandi creen que pueden encontrarse los restos de la joven. Se trata de una decisión histórica, marcada por el deseo de transparencia, fuertemente deseado por el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, y apoyada por el papa Francisco, con el objetivo de buscar la verdad sobre el la desaparición de la joven, sin dejar rastro, hace 36 años, convirtiéndose en el crimen más famoso de Italia aún sin resolver.





«La decisión –ha explicado Alessandro Gisotti, director de la Sala de prensa vaticana- se incluye en el ámbito de uno de los fascículos abiertos a raíz de una denuncia de la familia de Emanuela Orlandi que, como es sabido, en los pasados meses ha señalado el posible ocultamiento de su cadáver en el pequeño cementerio ubicado en el interior del territorio del Estado Vaticano». El Cementerio Teutónico, donde hay enterrados miembros de habla alemana de diversas instituciones religiosas en Roma, se encuentra en un área adyacente a la Basílica de San Pedro.

Coraje del Vaticano

La abogada de la familia Orlandi, Laura Sgró, recibió el pasado verano una carta con una foto de las dos tumbas del citado camposanto, con un mensaje anónimo: «Buscad donde está el ángel». En el Cementerio Teutónico está la estatua de un ángel que tiene un folio con un escrito en latín: «Requiescat in pace» («Descansa en paz»). Según algunas reconstrucciones, desde hace años diversas personas depositan flores en la tumba, en señal de piedad hacia Emanuela Orlandi, porque se dice que ahí está sepultada la joven.

El hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, incasable en su lucha para aclarar el misterio, ha tenido palabras de agradecimiento hacia el Vaticano: «Quisiera agradecer realmente al secretario de Estado, cardenal Parolin, por su coraje en el apertura de esta investigación y en la decisión de abrir las tumbas. He comprendido que hay la voluntad de buscar la verdad». Por su parte, la abogada de la familia Orlandi, Laura Sgró, ha acogido con sorpresa la noticia, destacando también el «acto de coraje» del cardenal Parolin.

Apertura el 11 de julio

Las operaciones de apertura de las tumbas serán el próximo 11 de julio, ante la presencia de los abogados de las partes, además de los familiares de Emanuela Orlandi y de los parientes de las personas sepultadas en las dos tumbas, donde hay una lápida funeraria dedicada a la princesa Sofía y al príncipe Gustavo von Hohenlohe, quien en 1857 fue nombrado arzobispo por Pio IX.

La hipótesis de abrir tumbas en el Cementerio teutónico había suscitado gran irritación en algunos ambientes de la Curia romana, por considerar que se trata de fácil populismo y porque, en su opinión, los restos de Emanuela Orlandi no están enterrados en esas tumbas.

La decisión llega después de que, en noviembre 2018, en la sede de la Nunciatura apostólica en Italia, en via Po en Roma, se encontraron algunos huesos. En un primer momento se lanzó la hipótesis, sin ninguna prueba científica, de que podía existir una relación entre ese descubrimiento de huesos y la desaparición de Emanuela Orlandi y Mirella Gregori, también esta última desparecida misteriosamente en 1983 a la edad de 15 años. Pero los análisis científicos aclararon que aquellos huesos pertenecían a un periodo que se remonta entre los años 90 y 230 después de Cristo.

Colaboración familia Orlandi y Vaticano

Se impone, por tanto, la prudencia, pero el Vaticano demuestra su interés en buscar la verdad, algo que en algunos medios se puso en duda en el pasado. El propio hermano de Emanuela, Pietro, fue crítico en el pasado con el Vaticano, por considerar que no hubo una plena colaboración. Ahora se demuestra de una forma muy clara, quizás como no se había puesto de manifiesto antes, que existe el empeño para mantener una estrecha colaboración entre la familia Orlandi y la Santa Sede. La familia nunca perdió la esperanza de que se aclare el misterio, a pesar de las noticias falsas o leyendas que han circulado sobre la desaparición de la joven, lo que en una ocasión llevó a su madre María a exclamar: «¡Maldito quien sabe la historia y no la dice!».