El mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, recibirá la presidencia semestral del Mercosur tras el acuerdo que el bloque alcanzó con la Unión Europea (UE), en pleno acercamiento con Estados Unidos y a la espera de las cruciales elecciones en Argentina.
Será la primera vez que el Gobierno del líder de la ultraderecha brasileña ocupe la presidencia rotativa del mecanismo de integración que su país forma con Argentina, Uruguay y Paraguay, cargo que recibirá del gobernante argentino, Mauricio Macri, en la cumbre que el bloque celebrará la semana próxima en Santa Fe.
Durante los próximos seis meses, el Mercosur deberá dedicarse a la revisión legal del acuerdo comercial con la UE, anunciado el pasado 28 de junio en Bruselas tras dos décadas de negociaciones, que dará paso a un mercado de casi 800 millones de personas.
Una vez concluido ese proceso de pulido burocrático, el acuerdo deberá ser traducido a una treintena de idiomas oficiales de todos los países implicados y luego ser sometido a los Parlamentos de cada uno de ellos para las respectivas ratificaciones.
Pese a que se prevé que esos trámites durarán al menos tres años, los países del Mercosur consideran que el acuerdo con la UE es una muestra de que el bloque ha recuperado su capacidad negociadora y de que está en condiciones de ampliar su presencia en el mundo.
Macri ya ha adelantado que, junto con Brasil, se discute una posible negociación con Estados Unidos para un acuerdo de libre comercio que, si bien sería una iniciativa de ambos países, luego podría ampliarse a los otros socios del Mercosur.
Tanto Macri como Bolsonaro mantienen una estrecha relación con el mandatario estadounidense, Donald Trump, lo que fuentes oficiales brasileñas dijeron a Efe que pudiera facilitar un acuerdo que, según anticiparon, requeriría de “largas negociaciones”.
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araújo, ha adelantado que el Mercosur pretende utilizar el acuerdo con la UE como una especie de “tarjeta de visita” para otras negociaciones.
Según Araújo, uno de los objetivos de la presidencia semestral de Brasil será intentar concluir al menos “dos” de las negociaciones que el bloque suramericano tiene en curso.
Aunque no precisó cuáles están más avanzados, dijo que entre los tratados que pudieran ser concluidos figuran los que se negocian con el Acuerdo Europeo de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés), con Corea del Sur, con Singapur y con Canadá.
El ministro sostuvo que, con la llegada al poder de líderes como Macri, Bolsonaro o el paraguayo Mario Abdo Benítez, todos de línea conservadora, el Mercosur se ha librado del “ancla ideológica” y ha recuperado el “pragmatismo” y la “vocación” por el libre comercio.
El horizonte, sin embargo, presenta algunos nubarrones, tanto en relación al futuro del acuerdo con la UE como en el frente interno del Mercosur.
En Europa, Francia ha sugerido que la ratificación del acuerdo con el Mercosur pudiera tener problemas en su Parlamento, en el que hay sectores dispuestos a obstaculizarlo por diversas razones, entre las que están las agresivas políticas de Bolsonaro para la Amazonía.
En lo interno, Argentina irá a las urnas el próximo octubre para unas elecciones en las que nada garantiza que Macri será reelegido.
Las encuestas muestran al electorado polarizado entre Macri y el peronista Alberto Fernández, quien tiene como candidata a la vicepresidencia a la exmandataria Cristina Fernández y ha expresado recelos sobre el acuerdo con la UE, que “sin dudas” será “revisado” si llega al poder.
También en octubre habrá elecciones presidenciales en Uruguay, pero en ese caso no se teme un mayor impacto político en el bloque suramericano, en el que tanto el gobernante Frente Amplio como la oposición mantienen una firme apuesta, que supera sus diferencias ideológicas. EFE