Lapatilla
Antoine de Saint-Exupéry acompañó su inmortal obra, «El Principito», con unos deliciosos dibujos que hoy forman parte de una colección extraordinaria.
A continuación, los ensayos de esas ilustraciones con todo y sus garabatos, borrones y manchas de café. Con esto queda claro que lo que tenía en la mente Antoine de Saint-Exupéry no era una simple historia sino un universo entero donde todo estaba explicado y justificado, una metáfora perfecta y sin vacíos de la vida y de la necesidad de retornar a la niñez.