Peregrinar casi 700 kilómetros, de Bogotá a La Grita, es el sacrificio en desarrollo de Jesús Paucar. El tachirense, de 34 años, partió caminando el lunes 8 de julio desde la capital de Colombia, el jueves 11 ya había avanzado hasta Ventaquemada, departamento de Boyacá, y espera llegar por sus propios pasos a la Atenas del Táchira el próximo 6 de agosto, día de la fiesta patronal del milagroso Santo Cristo, patrono y protector. Así lo reseña lanacionweb.com
La novedad ha rodado por redes sociales toda esta semana. Comunicarse con él no es tan sencillo, porque no llevó celular. La periodista Fabiana Ortega, destacada en la fuente de Iglesia en el canal de noticias Globovisión, compartió en una publicación de su cuenta personal de Instagram que Paucar se ha mantenido en contacto con ella desde distintos teléfonos de personas que encuentra en el camino. “Está bien y con ánimo”, indicó la comunicadora, quien lo entrevistó por primera vez en agosto pasado. “Dice que esto lo hace ‘por el éxodo masivo de venezolanos’”.
Un video de poco más de un minuto lo enseña en la plaza de Bolívar, orando y persignándose frente a la Catedral Primada de Bogotá. Viste una túnica morada y, amarrada al cordón de la cintura, una bandera nacional. También tricolor y con estrellas es la cruz que, ha dicho antes, pesa 35 kilos. La lleva a cuestas y, al paso, los hermanos colombianos van leyendo el mensaje tallado en letras negras (S.O.S.) y blancas mayúsculas (Santo Cristo de La Grita). De barba y cabello un poco largo, porta en su cabeza una corona de espinas.
Puede que a más de un tachirense le resulte familiar el nombre de Jesús Paucar. De sus redes sociales personales se desprende que es comerciante, de La Fría, que estudió en la UCAT y que le preocupa la migración de venezolanos, un fenómeno que Naciones Unidas recién cifró en 4 millones de nacionales.
Es el hombre que, antes de esta inédita peregrinación colombovenezolana, caminó durante los anteriores seis años desde La Fría o desde San Cristóbal hasta los pies del Rostro Sereno en La Grita. El año pasado hizo descalzo, con apenas vendas en los pies contra las ampollas, los 80 kilómetros desde Santa Teresa hasta el Santuario Diocesano, por la ruta del páramo El Zumbador. Fueron 63 horas de pasos lentos, repartidas en tres jornadas.
“La primera vez que caminó, le dijeron que estaba loco. Este año (2018) lo acompañaron muchos hasta el Cristo del Rostro Sereno. Este peregrino pide un peculiar milagro: un nuevo país, a fin de no tener que huir de Venezuela”, relató entonces Carlos Zapata para el portal Aleteia.
Por distintas rutas y por diversos motivos de promesas y agradecimientos, los primeros días de agosto miles de peregrinos caminan decenas de kilómetros hasta La Grita, ciudad-santuario. Este 2019 se cumplirán 409 años de presencia de la milagrosa talla de Jesús crucificado, cuya autoría la historia atribuye a un fraile franciscano con la asistencia de ángeles del cielo.