La semana pasada en mi artículo hablé por encima un poco del sistema político contra el que luchamos, describiéndolo como un fenómeno que existe en mi país Venezuela, sin embargo, experiencias de vida me han dado a entender que ese sistema se extiende fuera de nuestras fronteras y es el mayor quiste de la política.
Lo primero que quiero es describirles a qué me refiero, para que entonces podamos hacer una reflexión conjunta y real de esto de lo que muchos hablan, pero de lo que nadie se atreve a hondar.
Lo que yo llamo sistema, está compuesto de varias variables, la primera el dinero por encima de la ética, como centro de control del mundo político. Se supone que la política debería moverse entorno al eje de la gente, de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos del mundo, porque años atrás cuando se creó, se buscó ordenar la convivencia entre los seres humanos, se buscó junto al derecho generar la herramienta a través de los mismos seres humanos, para que los derechos de cada persona tuviesen limites, y para que a través de un gobernantes pudiesen hacerse respetar, y se pudiesen tomar decisiones en pro del colectivo buscando el bien común, el dinero solo era un eje accesorio basado en el concepto de impuestos que permitía que las cosas pudiesen hacerse realidad, sin embargo este sistema del que habló dejó de tener esa lógico y pasó al centro de la atracción gravitacional, el dinero, se convirtió en ese centro, girando entonces la toma de decisiones en función de ello, y allí se transgiverso todo, el ser humano dejo de ser lo importante para convertirse en lo anexo y algunas veces hasta en el obstáculo para la consecución del objetivo.
La segunda la violencia, la cual, en las épocas antiguas, se le entregó al gobierno como un monopolio en pro de proteger a la sociedad, es decir a los seres humanos, sin embargo eso se convirtió en una estrategia de control, y cuando habló de la violencia, no habló solo de la física, sino también del uso de su existencia, para ejercer el control sobre el otro. Decía un filósofo se ejerce violencia al imponer valores, conductas, ideas, modas, conceptos, normas, etc., que fundamentalmente habrán de beneficiar intereses particulares. A veces en la vida la violencia está más presente de lo que parece. En una dictadura es mucho más fácil y tangible de ver, porque se traduce en represión o torturas, pero en la democracia también existe solo que recubierta y escondida. Cuando un hombre utiliza su autoritas para imponerse frente al otro, sin respetar los mecanismos democráticos o las mayorías, está ejerciendo la violencia política, cuando un hombre denigra a una mujer solo por su sexo, existe la violencia, porque es una forma de maltrato, solo por tu sexo, y tanto es así, que el tratado de derechos humanos, que hoy es letra muerta en nuestras sociedades, lo contempla.
La tercera variable, ya es un poco menos visible, y es el uso del liderazgo como fuerza de control y no de dirección, se supone que un líder debe inspirar, hacer que las masas, que al final son seres humanos, lo sigan, que tenga la capacidad de convencer al otro de que tiene la razón y que su idea es mejor que otra, supuestamente con el objetivo de ayudar a su entorno desde cualquier enfoque, ejemplo un líder empresarial, tiene como objetivo ganar dinero, pero un líder político debe tener como objetivo mejorar su entorno, y lograr el bien común para una sociedad, y los más de derecha lograr las oportunidades para todos y el respeto al otro, pues en este sistema en el cual está inmersa nuestra sociedad esa lógica, se pierde, y los liderazgos se convierten en un método de coerción, utilizando su liderazgo para imponer su visión y sus decisiones, lo que lleva a que los sistemas de partidos se encuentren en crisis.
Una cuarta variable, es la democracia, solo como discurso, ella está de moda, todos la defienden, pero muy pocos la practican, todos matan por ella, pero la verdad vive apuñaleándola constantemente. Inclusive eso ocurre en tú vida personal cuando en vez de tratar de llegar a un acuerdo, o que la mayoría pueda tomar una decisión, respetando las minorías, imponen las cosas por encima de cualquier cosa, con el objetivo de tener la razón y de ganar la batalla. Un gran ejemplo son los partidos, sin discriminar en ideología, la mayoría vive exigiendo democracia puertas afuera, pero ni pienses que esa será la regla puertas adentro, allí reina la imposición del líder, el uso de la violencia y el dinero, para imponer frente otros, eso ocurre cuando se definen candidatos, cuando se escogen comisiones, e inclusive cuando se toman decisiones, la dirección nacional de los partidos, se ha convertido en un parapeto o un cogollo político, que simplemente funciona o se usa como focas, porque opinar diferente al líder, o al que tiene el monopolio del “liderazgo”, del dinero o de la democracia, se ha convertido en un delito, en este sistema la libertad de expresión es solo una bandera, que lamentablemente todos pisotean, no en los medios, sino en el ceno de la casa.
Y aquí pudiésemos seguir profundizando porque no es un sistema sencillo, sin embargo, quiero dejar en este primer concepto esbozando sólo estas cuatro variables, para entrar un poco en materia de lo concreto para que observen que este sistema no es lejano a nuestras vidas y que muchas veces se esconde detrás de lo cotidiano.
El la jerga popular todos dicen la política solo sirve para buscar dinero, solo es de corruptos, todos los políticos son iguales, y podría continuar con miles de párrafos, con lo que dice la gente en el día a día, porque simplemente la gente está dejando de creer y por eso se empeñan en buscar lo diferente, lo innovador, dejándose llevar a veces por aquellos que entendieron el sistema y lo usan para lograr ser parte de el, por eso el populismo, está teniendo tanta ascendencia.
El mundo se ha convertido en una lucha de poder constante por dinero, por poder y por control, y ese es el sistema del que hablo, que evidentemente cuando lo vez desde lo simple de un individuo, cuando el dinero se pone por encima de la familia, o la competencia deja de ser sana, para volverse una apuesta imperdible en una compañía, puede no tener mayores consecuencias, exceptuando los que cruzan la raya, convirtiéndose en delito, el homicidio, la Estafa, el robo, el secuestro, el narcotrafico, la corrupción en pequeñas escalas, pero cuando eso lo ves desde el individuo que está en espacios de poder que afectan la vida cotidiana, ya no se vuelve tan inofensivo y eso es lo que sucede en la política. El hombre o mujer que es parte de ese mismo sistema, ya no tiene solo influencia en su pequeño radio de acción, sino que ahora puede afectar la vida de muchos otros.
Hoy todas las decisiones políticas giran entorno al dinero, desde la apropiación individual, hasta los gastos del estado, son las grandes élites de dinero, la que tras bastidores dominan las decisiones políticas, unas porque son la que financian a los partidos o dirigentes, otras porque son las que invierten en la administración, otras porque necesitan que las reglas se definan de una forma o de otra para proteger sus interés, y muchos otros porque ese dinero, les de poder que se traduce en alimentar su alter ego de control. Esas decisiones obligan a los políticos a tener que dejar de lado la democracia, usar la violencia, e imponer siendo el liderazgo una forma de control, cambiando rotundamente los objetivos del ser político, a cuidar los intereses de unos pocos o el propio, por encima del colectivo, del bien común, que, aunque se ha usado para una visión ideológica, hoy les pido quitemos el lente ideológico y veámoslo como la protección de los derechos de todos, en pro de la generación de oportunidades.
Voy a dejar hoy esto, hasta aquí y cerraré con una frase y una pregunta:
En mi exilio he tenido la oportunidad de conocer personas increíbles en diferentes países de America Latina que han tratado de enfrentarse a ese sistema, por alguna razón la mayoría son mujeres, algunas continúan en la batalla y otras han decidido apartarse, pero una de ellas, muy importante, que hoy se mueve en el mundo intelectual me dijo “No hay forma ni manera de enfrentarse al sistema y salir con vida” y esa mujer no vive precisamente en una dictadura…
Ahora solo quiero dejarles una interrogante ¿Crees tu que eso es cierto? ¿O todavía es posible enfrentarse y cambiar ese sistema?
Hoy he decidido no rendirme, te pido que tú tampoco lo hagas, comiemza en tu día a día ha atreverte a enfrentarlo, a vivir diferente, a lo mejor sobrevivamos y logremos alcanzar la meta de cambiar al sistema, a lo mejor no, pero podré decir que por lo menos lo intente.