El venezolano Juan Casas emigró hace años pero es ahora cuando enfrentará su mayor prueba de fuego: ganar una medalla para Perú en los Juegos Panamericanos 2019 tras obtener su nueva nacionalidad.
Con su célula de identificación peruana en mano, Casas dice que si triunfa en la competencia podría agradecerle a Perú por acoger a poco más de 850.000 venezolanos que han huido de la crisis económica y humanitaria en el país petrolero.
Casas integra la selección peruana de béisbol para los Panamericanos que arrancará el 26 de julio, junto a otros dos compatriotas suyos también nacionalizados y a cuatro técnicos venezolanos contratados exclusivamente para la competencia.
El béisbol es el deporte más popular en Venezuela, pero el país estará ausente en los Panamericanos porque no participó en los clasificatorios previos por falta de recursos.
“Quiero ganar para agradecer a Perú por las puertas que me ha abierto“, dijo Casas, de 33 años, mientras se alistaba para entrenar en una cancha de Lima. “Ganar una medalla y decir soy venezolano nacionalizado peruano”, afirmó el deportista que juega como lanzador, jardinero y primera base.
En los últimos dos años 542 venezolanos se nacionalizaron peruanos, más de un tercio de los extranjeros que lograron esa condición en ese lapso, luego de que Perú aprobara beneficios migratorios para que puedan trabajar legalmente. Y el ingreso de venezolanos se multiplicó por ocho, según datos oficiales.
Pero este año cambió la percepción de los peruanos.
Según un sondeo de la firma Ipsos y el diario El Comercio realizado en Lima y publicado en abril, un 67% de consultados ve como negativa esta migración, mayor al 43% de hace un año, en medio de temores de que los venezolanos están presionando los salarios hacia la baja y aumentado el crimen.
Casas dijo que aunque él no ha sufrido de este problema desde que ingresó al país andino hace ocho años, conoce de actos de rechazo de peruanos hacia sus compatriotas por “el mal comportamiento de algunos”.
“Hay un tema de la xenofobia, de que ya no quieren a los venezolanos. Hasta en el trabajo, para que te contraten, la gente dice no, si eres venezolano”, manifestó.
NACIONALIZACIÓN EXPRESS
El rechazo a los extranjeros se hizo visible en marzo cuando el alcalde de una provincia del centro de Perú declaró a su ciudad “libre de venezolanos”. El Gobierno criticó esa iniciativa y un fiscal investiga al alcalde por “discriminación”.
La oficina local de migraciones, la embajada de Canadá y las Naciones Unidas lanzaron a fines de abril una campaña en Perú llamada “RecíbelosConAmor”, una iniciativa para promover la integración entre niños y adolescentes venezolanos y peruanos.
A diferencia de Venezuela, Perú no es un país de béisbol. La mayoría de los peruanos crecen con el fútbol o el voleibol.
Los inmigrantes han traído además a Perú formas de vida venezolana como sus empanadas de maíz llamadas arepas que son ahora fáciles de encontrar, los anticuchos, el clásico platillo peruano de pinchos de carne de res; o ver a músicos venezolanos tocando salsa en locales de clubes nocturnos.
Casas dijo que gracias al béisbol ha hecho un hogar en Lima y que ahora planea después de los Panamericanos traer a su hija de 14 años, porque “allá se vive en catástrofe” con apagones y escasez de alimentos.
“Mi familia por la crisis se separó por completo. Uno está en Miami, dos en Bogotá, dos en Venezuela y yo en Lima”, dijo Casas, quien trabaja como entrenador de béisbol en un antiguo centro deportivo de migrantes japoneses en un distrito limeño.
Para participar en los Juegos Panamericanos, ocho deportistas extranjeros -cuatro venezolanos, tres cubanos y un colombiano- han cambiado su ciudadanía gracias a una ley sin precedentes denominada “nacionalización express” dirigida a atletas calificados, aprobado en mayo por el Congreso.
La ley fue promovida por la legisladora opositora Leyla Chihuán, una destacada exjugadora de la selección femenina de voleibol de Perú, que puso como ejemplo a la atleta venezolana de judo Yuliana Bolívar, quien desde hace dos años venía solicitando sin éxito su nacionalidad peruana.
Bolívar, de 29 años, llegó a Perú sola a fines del 2016 en el inicio de la oleada de migrantes venezolanos mientras se agudizaba una crisis en el Gobierno de Nicolás Maduro, heredero del expresidente izquierdista Hugo Chávez que murió en el 2013.
“Salí de mi país a consecuencia de la crisis humanitaria. En el momento que emigré no estaba tan difícil como ahora, pero quería otras metas, otros vientos, otra forma de vida”, dijo.
La judoka, también fisioterapeuta, afirmó que ya había integrado la selección de su país y ganado medallas en los juegos Bolivarianos del 2009 y Sudamericanos del 2014.
Unos 4 millones de personas han abandonado Venezuela desde 2015, buscando escapar de una crisis que ha privado a muchos de alimentos y medicamentos básicos, según un cálculo de la ONU.
“DISCRIMINACIÓN SALARIAL”
Hace unos días, el gobierno regional de Cusco aprobó una ordenanza municipal que califica como “muy grave” y sanciona a las empresas que despidan a trabajadores peruanos y contraten a extranjeros dispuestos a recibir menos salario. La medida fue declarada inconstitucional por el ministerio de Trabajo.
El viceministro de Trabajo, Javier Palacios, dijo a Reuters que se ha detectado casos de “discriminación salarial” a la hora de que empresas locales contratan a peruanos y venezolanos.
El funcionario precisó que el organismo fiscalizador del empleo realizó entre enero y junio más de 2.600 inspecciones a empresas y en casi la mitad se recibió denuncias de despidos a peruanos para contratar a venezolanos con una menor paga.
La firma local Macroconsult dijo en mayo en un reporte que la migración venezolana ha deteriorado los salarios en las pequeñas empresas y que ha crecido casi tres veces el promedio de la población que ingresa al mercado laboral peruano por año.
Pero una participación buena de los atletas nacionalizados podría apaciguar la percepción negativa hacia los venezolanos, en momentos en que los medios locales informan sobre una mayor participación de los migrantes en delitos.
Un reporte del Ministerio de Interior visto por Reuters dijo que desde el 2016 hasta mediados de mayo de este año la policía anotó 2.938 denuncias contra extranjeros por presuntos delitos de diverso tipo, de los cuales un 78% fueron contra venezolanos.
Para Carlos Scull, representante en Perú del líder opositor venezolano Juan Guaidó y quien trabaja con organizaciones de inmigrantes, la percepción negativa en Lima -que alberga alrededor del 80% de los visitantes del país caribeño- cambia cuando los peruanos tienen contacto con los venezolanos.
“Hay que trabajar en cómo pueden integrarse a la comunidad peruana, son muchos técnicos y profesionales que pueden aportar. Eso va ayudar mucho frente a las tensiones”, explicó.
En junio pasado, el presidente Martín Vizcarra anunció que seguirá expulsando a venezolanos con antecedentes criminales con el fin de velar por la seguridad interna.
“Para mí es un honor ser ejemplo de cosas positivas, más que apaciguar (el rechazo) sería demostrar con acciones que no todos venimos a hacer mal, sino venimos a aportar”, dijo la judoka Bolivar.
La deportista dijo que tiene también como anhelo traer a su familia a Lima: a sus padres, dos hermanas y tres sobrinos.
“Soy fisioterapeuta y desde que llegué trabajé en mi profesión, trabajé en un policlínico, luego la Federación Peruana de Judo me ofreció empleo”, manifestó Bolivar.
“Sé historias de compatriotas, se han visto esos casos (de xenofobia). Tenemos que adaptarnos, pero nos cuesta”, afirmó.
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