Francia respira este viernes tras el paso de una ola de calor que ha dado lugar a temperaturas récord, sobre todo en el norte, y que ya sólo afecta a regiones del noreste y del este.
Las máximas este viernes estaban previstas en ciudades del noreste como Estrasburgo (38 grados) y Nancy (37) o, más al sur, en Lyon (37) o Grenoble (37).
Météo France todavía mantenía, en esa parte del país, 31 del centenar de departamentos en alerta naranja por altas temperaturas pero también en algunos de ellos por riesgo de tormentas con ráfagas de viento de más de 100 kilómetros por hora en la región de Auvernia, en el sur de la de Borgoña y en el departamento de Loire.
El paso de un frente procedente del Atlántico que atraviesa Francia hizo bajar las temperaturas hasta más de 10 grados con respecto al jueves en el oeste, con máximas que debían quedarse en 22 grados por ejemplo en Biarritz.
Los servicios meteorológicos anticipaban entre 25 y 29 grados en las regiones de Ile de France y Hauts de France, donde el miércoles se rozó o se superó el listón de los 40 grados.
En el norte de Francia ha habido durante esta ola de calor récords históricos en París (42,6 grados), Lille (41,5), Dunkerque (41,3) Angers (41), Tours (40,8) o Rennes (40,1). Más al sur, también los hubo en Brive la Gaillarde (42,1), Burdeos (41,2) o Limoges (37,9).
Las temperaturas extremas y la sequía que se ha agravado mucho en el último mes en el que apenas ha llovido favorecieron los incendios, sobre todo en zonas de cultivo, que sólo este jueves calcinaron cerca de 2000 hectáreas en regiones donde eso es muy poco común, como Normandía.
Según Météo France, de aquí a mediados de siglo, las olas de calor en Francia serán el doble de frecuentes que en el periodo entre 1976 y 2005 tomado como referencia.
En la memoria colectiva está la que se produjo en 2003, que se prolongó durante una quincena de días a comienzos de agosto y que causó entre 15 000 y 20 000 muertos.
EFE