El Puerto Pesquero de la ciudad de Cumaná, capital del estado Sucre, luce como un verdadero cementerio de embarcaciones inservibles, inoperativas, chatarras marinas hundidas o semi hundidas obstaculizando el casi nulo movimiento de estas instalaciones, que una vez sirvieron como principal sitio de acopio y apoyo en tierra a la potente flota abastecedora del 80% a nivel nacional de toda la proteína proveniente del mar.
Por otra parte, las capturas de mayor calidad como pargo, mero, carite, sierra, palagar, atún, son inexistentes. Están desaparecidas. Los cumaneses deben conformarse con “el ripio, cherechere o sobrante” como la sardina –el batallador arenque-, cataquitos, corocoritos, y otros muy pequeños.
Las especies de mayor tamaño y calidad son compradas por empresarios chinos para exportarlas, así como también el ‘tajalí’ que nunca llega a este puerto por ser adquirido por estos señores en alta mar o en la vecina península de Araya, lugar donde opera la menguada flota de pesca artesanal.
China ha sido la nación ampliamente favorecida durante la revolución socialista implantada en Venezuela durante los últimos veinte años. Se le compraron varios satélites de comunicación, una infinita flota de autobuses, automóviles, electrodomésticos, equipamiento para las fuerzas armadas. Está comprando –junto a Rusia y Turquía- considerables cantidades de mineral de oro en el Arco Minero del Orinoco, con la estrategia a largo plazo del retorno del signo monetario internacional al patrón oro. Todo intencionado para desplazar el dólar.
Así mismo, existen posibles acuerdos para adquirir la empresa de telefonía celular estatal Movilnet, la Siderúrgica del Orinoco (Sidor); monopolizaron la distribución de alimentos con supermercados y abastos en todo el país. Vendían dinero efectivo en bolívares, ahora lo hacen en divisas; pero lo más sentido por los cumaneses es que “se llevan todo su tajalí”, propinándole un fuerte golpe al estómago de los ciudadanos orientales y de todos los venezolanos.
El alto valor de los costos operativos para una embarcación dedicada a la pesca de altura, así como el bajo y prolongado retorno de la inversión vendiendo el volumen de la captura a los vulnerables bolívares actuales, constituye un parámetro desestimulador para los dueños de embarcaciones, quienes en algunos casos prefieren estacionarlas esperando mejores momentos y oportunidades de negocio.
Pero esta circunstancia, aunada al bajo mantenimiento por el alto costo de materiales como pintura anticorrosiva, repuestos de motores, guayas, guinches, redes, abastecimiento de víveres para la campaña, alto costo del personal y la delincuencia, obliga la aparición de cementerios de embarcaciones.
No solo en Cumaná, sino también en Güiria, donde su Puerto Pesquero, después de ser el primero en América Latina, ahora no aparece en ninguna posición del ranking mundial. Y si se le suma la dificultad de la compleja permisología para el zarpe con altas sumas de dinero, hace inviable operar una embarcación pesquera en el país.
En Unidad Visión Venezuela, comprometida con el desarrollo de Cumaná y de todo el país, nunca dejaremos de ofrecer nuestra voz y plataforma buscando un mejor destino para todos.
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