Armando Info: El “avivamiento” político y económico del pastor Bertucci

Armando Info: El “avivamiento” político y económico del pastor Bertucci

Nicolás Maduro ha quedado solo pero no indefenso y todavía maniobra las cuotas de poder que le dio Hugo Chávez antes de morir. Mientras sus aliados dentro de Venezuela se reducen ha recurrido a grupos cristianos para demostrar que su proyecto político cuenta con respaldo, a pesar de la crisis humanitaria en la que sumió al país. Uno de ellos le dio su apoyo en la jornada de votación de 2018 y, el otro fue su oponente en unas elecciones sobre las que desconfía medio mundo. Se trata de Javier Bertucci, el pastor líder de la iglesia Maranatha en Venezuela, un hombre que ha probado, con algún éxito, hacer negocios y política a la sombra de la “revolución bolivariana”.

Isabel Guerrero
Armando.info / Venezuela





En las elecciones presidenciales del 20 de mayo de 2018, Nicolás Maduro no parecía tenerlas todas consigo para ratificarse como presidente de Venezuela. La oposición, perseguida y desarticulada, no se presentó a una cita poco transparente y sin garantías. Buena parte de la comunidad internacional anunció que no reconocería los resultados de esas elecciones -convocadas contra viento y marea por la oficialista Asamblea Constituyente-, calificándolas de “espurias”.

Aún así, Nicolás Maduro fue proclamado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) al final de esa jornada dominical de votación para que permaneciera en la Presidencia de Venezuela durante el período 2019-2025.

Para maquillar la ilegitimidad del evento y de sus resultados, el oficialismo contó con la participación de otras candidaturas alternas a la de Maduro, más testimoniales que competitivas.

Entre ellas estuvo la de Esperanza por El Cambio (El Cambio), una organización política de inspiración evangélica que, con menos de dos años de creada, consiguió un puesto en el tarjetón.

No lo hizo mal con su candidato, el pastor Javier Bertucci. Según los resultados oficiales de la que fue la jornada electoral con la mayor abstención jamás registrada en Venezuela, Bertucci se alzó con el tercer lugar de los comicios, con 1.015.895 votos efectivos equivalentes a 10,82% de quienes participaron.

No era la primera aventura electoral de un partido confesional evangélico en Venezuela. Ni siquiera durante el chavismo. Ya en las elecciones presidenciales de abril de 2013, radicalmente polarizadas entre las opciones de Nicolás Maduro y Henrique Capriles Radonski, el pastor Eusebio Méndez, candidato del partido de corriente pentecostal Nueva Visión Para Mi País (Nuvipa), se coló en el tercer lugar de la carrera presidencial. Pero Nuvipa tuvo corta vida. Oficializado en 2012, el partido fue inhabilitado en 2018 por el CNE, en medio de una ola de ilegalizaciones que suprimió la participación de casi todos los partidos políticos de oposición.

Otra franquicia evangélica de más larga tradición en el sistema de partidos, la Organización Renovadora Auténtica (ORA), hizo parte en las presidenciales de 2018 de la coalición oficialista, el Gran Polo Patriótico, en apoyo a Maduro.
Pero los resultados de esas elecciones de mayo de 2018 significaron un espaldarazo para la irrupción de Javier Bertucci en el debate político; un millón de personas se habían animado a votar por él.

Antes su figura se había hecho pública, primero, desde el púlpito en la estricta demarcación de su iglesia Maranatha y los espacios televisivos que compraba en canales comerciales a altas horas de la noche. Luego, en 2016, su nombre salió a relucir entre las revelaciones de los llamados Panama Papers.

Ahora las suyas son palabras mayores. Convertido también en columnista de prensa, sus aspiraciones se han inflado hasta el punto de proponer este 2019 la apertura de mil iglesias nuevas de su culto para, como reza en su sitio web, “convertirse en difusores con un mismo lenguaje, entendida la visión y propósito, desarrollando una labor de manera conjunta entre el ministerio Maranatha, El Evangelio Cambia y El Cambio (Esperanza por el Cambio), pues todas estas organizaciones trabajan por el mismo objetivo”.

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