Nuestro municipio no escapa a la realidad imperante del país, problemas de toda índole aquejan a los guacareños a diario.
La crítica situación del alumbrado público es notoria, sectores como Las Casitas de San Agustín viven en total oscuridad con las sabidas consecuencias de inseguridad que esto acarrea.
La destrucción del pavimento que recubre las calles de la urbanización Loma Linda por el continuo paso de vehículos de carga pesada, es un ejemplo del deterioro del asfalto en toda la municipalidad, y que decir del riesgo permanente en que se encuentran sus habitantes quienes expresan gran preocupación ante la desgracia que implicaría si alguno de estos vehículos llegara a impactar contra sus viviendas o contra alguna de las instituciones educativas ubicadas en el sector.
Por su parte, el Casco Central y la urbanización Augusto Malavé Villalba sufren constantes cortes del suministro eléctrico, lo cual es una práctica que se replica en diversas localidades.
La parroquia Ciudad Alianza sigue siendo afectada por la ineficiencia de los gobiernos municipales que han regido los destinos de Guacara en estos últimos 20 años, sus calles internas están completamente deterioradas y el alumbrado público brilla por su ausencia, apalancando la ya insostenible inseguridad.
Grave también es la situación de escasez de los servicios básicos como el suministro del agua y del gas doméstico, mientras que con la llegada de las lluvias se pone de manifiesto el descuido en que se encuentran los canales de desagüe, trayendo como consecuencia que las calles se conviertan en cauces fluviales.
Yagua, parroquia aguerrida de ciudadanos comprometidos con el bienestar y progreso de sus comunidades, no escapa de los problemas de vialidad y la escasez de gas ha obligado a ciudadanos a tener que cocinar a la leña, lo cual ha ocasionado más de un accidente que lamentar.
Pero el gran fracaso de la gestión gubernamental, sin duda se maximiza al observar el abandono en que se encuentran por ejemplo, tanto el ambulatorio Mario Bordones como el Centro de Diagnóstico Integral (CDI), los cuales están sin recursos para atender algún tipo de emergencia.
Las condiciones del hospital de Guacara no son mejores, los ciudadanos que deben acudir en busca de atención médica, en la mayoría de los casos se ven obligados a suministrar los insumos necesarios para ser tratados porque la institución no cuenta con ellos.
Loable es la actuación de médicos y enfermeras que deben trabajar hasta con las uñas para poder salvar vidas.
Por último, el reflejo doloroso de la crisis se muestra en los rostros de ciudadanos famélicos deambulando por las calles haciendo colas inmensas para poder obtener el alimento del día a precios inaccesibles para un trabajador que sólo en el mejor de los casos, cobra un efímero sueldo mínimo.
En consecuencia, Guacara es también víctima de la gestión oprobiosa del régimen, culpable de la crisis en que se encuentra inmersa.
Abog. Luis Beltran Lara
Coordinador de Encuentro Ciudadano
Guacara