Este gobierno carece de épica, no emociona a nadie, no tiene razones sagradas por las cuales luchar. Muy por el contrario, ha conducido a nuestro país a la peor crisis económica de su historia, imponiendo un paquetazo de derecha. Ha destruido a PDVSA y a todo el aparato productivo. Ha entregado nuestro petróleo, gas, el Esequibo y el Arco Minero a las transnacionales. Ha provocado el éxodo de 4 millones de venezolanos, mientras que 6,8 millones más de compatriotas padecen hambre. Al mismo tiempo, nos hemos convertido en un país donde se violan masivamente los Derechos Humanos de sus habitantes.
Nos gobierna un grupo intolerante con un programa de derecha que ha llevado ruina y desesperanza a nuestro pueblo, y que se sostiene por el autoritarismo, por medio de crueles mecanismos de control social, la violencia y el apoyo de la élite político-militar y de sectores privados que hoy día controlan todos los espacios institucionales y económicos del país.
No es una revolución. No representa nada nuevo, no ofrece bienestar, ni garantiza la vida, ni los Derechos Fundamentales de sus ciudadanos. Desmovilizó al pueblo, acabó con las Misiones Sociales y el Poder Popular, con la Democracia Participativa y Protagónica; acabó con la conciencia y la espiritualidad revolucionaria, con la solidaridad y el trabajo como valores fundamentales de la sociedad. Traicionó; y, cual Herodes, liquidó el sueño Bolivariano y Chavista que movilizó a millones de venezolanos durante 14 años. Extinguió la pasión y esperanza del pueblo del 13 de abril y de la derrota del Sabotaje Petrolero, para poner al pueblo a pelear por una caja de comida de mala calidad.
Se trata de un gobierno que viola permanentemente la Constitución y las Leyes; que ha transformado nuestra patria en un país del miedo, de la violencia, donde nada funciona, donde no se garantiza nada, donde hacen lo que les da la gana, donde todo es un caos, sin salarios, sin moneda, sin comida, ni medicinas, ni gasolina, ni gas, ni agua, ni electricidad, ni transporte, y mucho menos, futuro.
Es el gobierno de un nuevo grupo de poder: el madurismo. Una mezcla de intereses mezquinos, oportunistas, una coalición de incapacidad y caos, que no tienen nada de revolucionarios, ni de izquierda. Es la “derecha endógena”, “el Chavismo sin Chávez” del que tanto se habló y que ahora busca, de manera desesperada, algún tipo de acuerdo con la extrema derecha que le permita sobrevivir; y, mantenerse cohabitando en el poder.
Sin embargo, para mantenerse, necesita algún tipo de apariencia revolucionaria. Por esta razón, los maduristas viven de abusar del nombre y la memoria del Comandante Chávez. A pesar de acabar con el país y con su obra, siguen aferrados a su nombre para mantener algún tipo de apoyo entre los humildes y los sectores de izquierda de la Región.
Utilizan a Chávez, su imagen, su nombre. Manipulan el sentimiento Chavista en el corazón del pueblo. Usan sus videos e imágenes a conveniencia, editados. Saben en su interior, que si el Comandante Chávez estuviese vivo, ya se habría levantado contra este gobierno. Por mucho menos de lo que hoy sucede, se rebeló el Comandante Chávez, el 4 de febrero de 1992.
No es primera vez en la historia que, luego de la muerte de su líder, una revolución es traicionada por la burocracia, el partido o los grupos de poder que crecieron a su sombra. No es primera vez que se traicionan los principios y se restablece el orden de dominación, se mata el ímpetu transformador y se desmoviliza al pueblo, para ser ellos los nuevos privilegiados, los verdugos de la revolución que se suponía tenían que defender.
El madurismo se encuentra ahora en la imperiosa necesidad de mantener una gran mentira, una gran estafa: proclamarse Chavistas, pero traicionar su legado y destruir su obra. Decirse revolucionarios, pero instaurar, por la violencia, un programa económico de choque, de derecha. Llamarse patriotas, pero privatizar PDVSA y entregar, el petróleo, el gas, el Arco Minero. Decirse obrero, pero robar las prestaciones y derechos laborales, encarcelar a los trabajadores y dirigentes sindicales. Llamarse anti imperialistas, pero buscar el acuerdo por la puerta trasera, cediendo la soberanía, entregando los recursos naturales y empresas estratégicas a las transnacionales rusas y chinas. Declararse en “lucha contra la corrupción”, pero su círculo íntimo, sus dirigentes, hombres y mujeres de confianza, metidos hasta el cuello en la corrupción en PDVSA, en la importación de alimentos, en las Cajas Clap, en la deuda, en el oro.
Necesitan decir algo al Foro de Sao Paulo, a los movimientos de izquierda, a los líderes de izquierda. Azuzar el miedo y el chantaje en el movimiento popular. Mantener desmovilizado al pueblo y los sectores Chavistas con el fatalismo de “aguantar a maduro”, “lo que maduro diga”, aunque le esté entregando el país en bandeja de plata a la extrema derecha y a la injerencia extranjera.
Estamos frente a un gobierno “fofo”, corrupto, de dirigentes obesos que piden sacrificios a su pueblo mientras hacen cenas fastuosas. Con un entorno podrido, aislado, que no tiene nada que mostrar, ni una obra, ni un índice social, económico, ninguna conquista, nada heroico, noble, bueno. Todo lo ocultan, guardan silencio, saben que no pueden mostrar nada. Recurren, con la técnica y conocimiento de sus “socios”, representantes de las empresas a las que le están rematando el país, a la mentira y la manipulación. En eso, sí son expertos.
Por ello, maduro trata de construirse una épica que no tiene, por ello recurre a la épica del tuiter, a la ficción y la manipulación 2.0. Es increíble la importancia que el gobierno da al tuiter, a las “tendencias”, “trending topics”, a los “hashtag”. La cantidad de horas y recursos que gastan revisando las redes sociales, gobernando de acuerdo a ellas.
Todo el gobierno vive del twitter. Se crea una realidad virtual, sólo para los que tienen celulares inteligentes. Han convertido el tuiter en el campo de batalla de la diatriba, del odio, en el campo de confrontación de los “bots” del gobierno y la oposición. Han convertido a los “influencers”, animadores de televisión y cualquier desquiciado que recurre al tuiter para descargar sus frustraciones, en los nuevos actores políticos.
Pero, lamentablemente, son realmente exitosos con estos fuegos de artificio con los que crean su política, esa de “tigre de papel digital”. Con la que son capaces de perseguir, promover una agresión contra cualquier oponente político, armar linchamientos morales, mentir y manipular. Mantener el odio, la descalificación y la falsedad como los argumentos del sin sentido.
Pueden engañar a más de un incauto a miles de kilómetros de distancia, o tranquilizar la conciencia de dirigentes que más nunca pisaron un barrio, que no se atreven a bajarse de la “caravana” para darle la cara al pueblo y sus problemas, o llevar el compromiso político al nivel de darle “RT”. Pero la mentira tiene patas cortas, la ficción se hace insostenible y la desconexión con la realidad los hace más débiles, más vulnerables. Un día de éstos, se enterarán que cayeron, porque serán tendencia mundial.
Mientras más avanza la “épica del tuiter”, el pueblo sigue sufriendo. Al burócrata poco le importa si los niños se mueren por no tener trasplante de médula, o un medicamento. El problema para ellos, es que la tragedia “no se haga tendencia”. Para el ministro, el problema no es que la producción de petróleo siga cayendo hacia los 600 mil barriles día. El verdadero problema para ellos, es que el desastre no se haga “trending topics”.
A maduro poco le importa que el país esté destrozado por su pésimo gobierno. Para él lo importante es mantenerse en el poder, por lo que necesita buscar más excusas, nuevas mentiras: la “conspiración”, la “corrupción”. Ahora le caen de maravilla “las sanciones”. Al ministro poco le importan los apagones, lo importante es insistir cínicamente, en la teoría del “ataque electromagnético” o la “iguana infame”. Igual, debe asumir poses estudiadas, de libreto, para anunciar cualquiera de las nuevas razzias contra cualquier dirigente político o militar, a quien el madurismo haya decidido perseguir, o encarcelar. También al fiscal, sin manera de contener sus propias contradicciones, le da por publicar “reflexiones filosóficas” sobre su “integridad”, al mismo tiempo que, de manera cínica, “lamenta” el asesinato del Capitán de Corbeta Rafael Arévalo, sin que su despacho haya dicho o hecho algo al respecto. Mientras, el opositor está pendiente de insultar o desacreditar a cualquiera que se le ocurra dar una opinión distinta a la “necesidad de una invasión” o “aplaudir las sanciones”, además del consabido odio, insultos y deseos de muerte del adversario, consumiéndose en el discurso del odio, la ofensa fácil.
Ejemplos hay de sobra. Es un fenómeno importante de observar, tanto en el ámbito del madurismo como de la extrema derecha. Están sucediendo cosas gravísimas en el país, que se “despachan” en un programa de animación-odio, o con un tuiter, posicionando un “hashtag” de alabanzas a maduro, convirtiendo en tendencia algún nuevo escándalo o en “trending topic”, cualquier efemérides por más insignificante que ésta sea.
Es el ejercicio extremo de la política con “p” minúscula. Un síntoma de la falta de legitimidad y argumentos, tanto del madurismo como de la extrema derecha, una de las razones del porqué nos encontramos en una situación política absurda que pareciera, lamentablemente, sólo tendrá un desenlace violento.
maduro, lo que digas es irrelevante, pero peligroso.
A través de una nota de prensa, dí respuesta a las declaraciones infames de maduro, donde, nuevamente, de manera obsesiva, me insulta, acusa-sentencia, al mismo tiempo que me amenaza. Demuestra nuevamente su odio desmedido en contra de PDVSA y de sus trabajadores.
Estoy realmente convencido de que maduro es un muerto que camina, que su tiempo se acabó y que quedará como el peor presidente que hayamos tenido en nuestra historia. Triste papel que le ha tocado desempeñar, ser el Herodes de la Revolución y de Chávez, traicionar su confianza, y llevar a nuestro pueblo a una situación de desesperanza y sufrimiento indescriptibles e inimaginables hace apenas seis años.
Pero aunque maduro carece de credibilidad y moral para hacer juicios de valor, y mucho menos acusarme de nada, sus declaraciones son peligrosas, porque provienen del jefe de un gobierno que hace lo que le da la gana en el país, donde se violan los Derechos Humanos, no existe el derecho a la defensa, ni al nombre y la reputación, ni se respeta el debido proceso, donde no hay separación de poderes. Donde el fiscal y el poder judicial actúan bajo las órdenes de maduro, donde los cuerpos de inteligencia y policiales, así como, los grupos paramilitares, son capaces de hacer lo que sea.
Para más de cien trabajadores de PDVSA, las acusaciones-condena de maduro han significado un prolongado secuestro ilegal, que en algunos casos ya llegan a más de los cinco años, sin siquiera tener la primera audiencia. Para otros, ha significado la muerte en custodia, como el triste caso del ex ministro Nelson Martínez.
Los ataques y la obsesión de maduro en mi contra, no sólo son peligrosos, sino desproporcionados. Él tiene todo el poder y todos sus instrumentos, de los que además abusa y usa a su antojo. Yo me encuentro exiliado. maduro seguirá acusándome y mintiendo, diciendo cualquier cosa, desde que soy el responsable de su propio desastre en PDVSA, y de cualquier mal en el país, hasta la estupidez de que vivo en un palacio en Italia o Mónaco. La relación es absolutamente desproporcionada. La candidez de los que honestamente lo piden y la actitud cínica de los que me retan, es llamarme para que vaya al país a defenderme, “si no tengo nada que ocultar”, a sabiendas de que no existe Estado de Derecho, ni tribunal con moral para juzgar a nadie. Siquiera permiten que se me entreviste y sabotean a cualquier medio que lo haga. Me parece que, para alguien que es el responsable de este desastre y de tantos crímenes, para quien se encuentra al frente de un gobierno sancionado y aislado, incapaz de conducir el país, tanta obsesión personal, es enfermiza y peligrosa.
La única defensa que tengo ante tanta desproporción, es poder utilizar este espacio para denunciar la persecución política del gobierno de maduro en mi contra, hacerlo, como lo estoy haciendo y seguiré insistentemente en ello, ante las instancias internacionales, además de hacerlo responsable de cualquier cosa que me suceda a mí o mi familia, amenazados constantemente por él.
Yo seguiré consecuente con mis ideas y principios y con la mayor lealtad hacia el presidente Chávez y al pueblo venezolano. Esta posición irreductible me han valido persecución y ofensas de la canalla, del madurismo y la extrema derecha. No me importa, seguiré diciendo la verdad, lo que tenga que decir, desenmascarando la infamia, contribuir con la liberación y reconstrucción de nuestra patria, siempre al lado de sus más sagrados intereses, siempre al lado del pueblo venezolano, ¡Venceremos!
Publicado por rafaelramirez.net