Contra todas las denuncias hechas por el presidente encargado de la República, Juan Guaidó, acerca de la posible y fraudulenta disolución de la Asamblea Nacional maquinada por el régimen de Nicolás Maduro, la Constituyente cubana decidió darle pausa a un proceso que, de acuerdo con diputados perseguidos por la dictadura, le iba a traer grandes problemas.
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Tomás Guanipa, uno de los parlamentarios más buscados por la cúpula chavista, aseguró durante una entrevista con César Miguel Rondón, que “No dieron el paso a disolver la Asamblea Nacional porque la reacción internacional iba a ser de tal contundencia que podía significar su quiebre definitivo”.
“Lo ocurrido ayer fue como un recule del régimen, es un gobierno que está acorralado que actúa desde el miedo y lo que nos toca es desde donde estemos profundizar la lucha”, agregó.
Asimismo, indicó bajo su criterio que “Diosdado Cabello es quien siempre trata de extremar las acciones y al final genera una contradicción interna muy grande. Se ha convertido en un Pedro Estrada en lo que fue el régimen de Marcos Pérez Jimenez“.
Por otro lado, José Guerra, otro de los parlamentarios perseguidos por Maduro y sus secuaces, señaló en medio de una entrevista con Sergio Novelli para VPItv, que la sentencia en contra del diputado Guanipa y su persona no había sido emitida anteriormente porque estaban en curso los encuentros entre Gobierno encargado y dictadura llevados a cabo en Oslo, Noruega.
“Ellos son cuidadosos con esta clase de decisiones porque miden las consecuencias que estas les traerían“, añadió.
El Tribunal Supremo de la dictadura ordenó juicio contra los parlamentarios José Guerra, Tomás Guanipa, Rafael Guzmán y Juan Pablo García, por los delitos inventados de: “Traición a la Patria, Conspiración, Instigación a la Insurrección, Rebelión Civil, Concierto para Delinquir, Usurpación de Funciones, Instigación Pública a la desobediencia de las leyes y el odio continuada“.