Si bien la gastronomía local seduce a todo extranjero en Perú, los inmigrantes venezolanos se resisten a olvidar sus alimentos emblemáticos, lo que ha llevado al país a registrar una importación récord de harina de maíz con la que se preparan las arepas.
Las compras de harina de maíz por parte de Perú, que tiene una producción básicamente para consumo interno, crecieron en los primeros siete meses del año un 345% frente al mismo periodo del año pasado, dijo el viernes la Cámara de Comercio de Lima.
Ya en los dos años hasta el cierre de 2018, el volumen de importación de harina de maíz había crecido desde 249 toneladas a 4.854 toneladas.
El gremio privado de comerciantes destacó que los venezolanos en Perú, que suman unos 860.000 según datos de la oficina de migraciones, han generado la demanda por este tipo de harina.
“Esto se ve reflejado en la elaboración de platillos como las arepas, que precisamente demandan el uso harina de maíz, y que a su vez son un símbolo de identidad, cultura y tradición venezolana”, dijo Ricardo Espejo, coordinador del área de comercio exterior de la cámara en un comunicado.
El mayor abastecedor de harina de maíz a Perú es Colombia, desde donde proviene el 85% del total importado, refirió.
En Lima, donde vive gran parte de los inmigrantes venezolanos, es común ver a vendedores ambulantes que ofrecen las arepas en los paraderos de buses o en puestos en las calles.
También hay restaurantes venezolanos en distritos residenciales que venden arepas hasta con reparto a domicilio.
Unos 4 millones de personas han abandonado Venezuela desde 2015, buscando escapar de una crisis que ha privado a muchos de alimentos y medicamentos básicos, según un cálculo de la ONU.
Reuters