La hiperinflación devoró el poder adquisitivo del marabino y eso se refleja también en la calidad de la alimentación que este tiene. La posibilidad de comprar pollos y carne en grandes cantidades para los almuerzos de la semana es cosa del pasado. Un plato balanceado que contenga carbohidratos y proteína animal o vegetal se ve “lejano”.
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La realidad es que no todos tienen para comprar un kilo de carne en Bs. 40 mil, equivalente a un salario mínimo actual, o para un kilo de pollo en Bs. 35 mil. Tampoco para adquirir un kilo de queso en 50.500 bolívares con el que solían rellenar el pan del desayuno.
“Yo cobro Bs. 60 mil y cuando llega la quincena, que me pagan 28 mil bolívares, compro Bs. 10 mil o 15 mil de queso para poder sentir ese sabor, aunque sea una vez al mes, y los Bs. 13 mil restantes lo gasto en algo de carne”, así describió su “realidad”, Milena González, de la urbanización Urdaneta, en Sabaneta.
Milena, con ayuda de su hijo quien es profesional, pudo comprar harina de maíz con la cual hace los desayunos usando solo margarina para untar, “pero a veces ni eso, como hoy, que son las 11:30 a. m. y no he desayunado. Voy a llegar a la casa a ver qué hago de almuerzo (…) a veces toca arroz con salsa o arroz solo porque el sueldo no alcanza para más”.
Es posible conseguir la harina de maíz en 16 mil bolívares en mercados municipales, un precio elevado, pero mucho más asequible que comprar pan, debido a que de un paquete de un kilogramo pueden salir varias arepas y podría alcanzar para dos comidas en una familia de 4 integrantes.
“Yo a veces me aburro de tanto comer arepa y he tenido que hacer trueques con vecinos para comer pan, pero ese me lo como solo porque el jamón y el queso amarillo quedaron para la historia. Creo que tanta harina de maíz me ha causado dolores de estómago”, enfatizó Fátima Linares, del barrio María Concepción Palacios.
Un carnicero llamado Ángel Carrasquero sostuvo que los marabinos solo piden 10 mil bolívares “o cuando mucho medio kilo de carne molida o para guisar porque saben que con papa la pueden rendir, pero nada de bistec por kilo; eso solo lo compran los que tienen dinero. Ya no es como antes”.
La Cámara de Comercio de Maracaibo (CCM) informó, en un boletín, que la canasta alimentaria se ubicó en julio en Bs. 3.780.252, reflejando un alza absoluta de Bs. 428.758, con respecto a mayo de 2019.
Según la Cámara de Comercio de Maracaibo, se requirieron 94,5 salarios mínimos (fijado por el Gobierno nacional en Bs. 40.000) para adquirir la canasta alimentaria. Esto quiere decir que el salario mínimo actual, representa el 1% del total del costo de la cesta de alimentación.
Los granos, una opción muy buscada hace tan solo unos meses, ahora se torna “inalcanzable” en muchos hogares, pues el kilo de caraotas, lentejas y frijol se consigue, en promedio, en 32 mil bolívares. Este precio sube cada semana.
En un mercado municipal de Maracaibo estaba José Colina, proveniente del sector Veritas, comparando precios. “Estoy llevando un kilo de papas y otro de tomates, y solo cuatro cebollas, para hacer los almuerzos de mi esposa, mis dos niños y yo porque carne no podemos comprar. Con esto hacemos una ensalada y la acompañados con arroz”, contó.
Lo que sí prospera es la venta de plátanos que “salen” en grandes cantidades, especialmente en el centro de la capital zuliana, donde decenas de carretilleros lo ofrecen.
Rubén Franco, dominicano y quien vende este fruto en Maracaibo desde hace unos siete años, narró que tiene un combo de 10 plátanos por 7.000 bolívares, pero aunque ese precio suba un poco más, las ventas suelen ser muy buenas.
“Las personas compran plátano porque es más barato y lo usan para acompañar el almuerzo con arroz o con lo que tengan. Siempre se vende”, refirió.
Con información de Panorama