Cada 25 de agosto se celebra internacionalmente el día del peluquero o barbero. Dicho agasajo se remonta a los tiempos de la realeza, específicamente al reinado de Luis XV, quien en el siglo XVI, como agradecimiento a quien atendía su cabello, lo nombró Caballero. La celebración se ha mantenido a través del tiempo y que pese a la situación económica de Venezuela, los que ejercen este oficio lo hacen con la misma calidad y ofreciendo el mejor servicio para sus clientes, afirmó Alejandro De Aguiar, propietario de la Barbería Funchal Since 1962, ubicada en el municipio Chacao de Caracas.
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Un ambiente de poco espacio, pero con un gran desborde de talento, donde también laboran otros dos barberos, Reinaldo y Lady, quienes mantienen una sonrisa en sus rostros o un buen comentario para sus clientes que acuden a realizarse algún servicio.
De Aguiar nos explicó que aunque la clientela no ha disminuido, si ha bajado la frecuencia con la que acuden a cortarse el cabello o la barba. “Si un cliente venía dos veces al mes, ahora viene una vez al mes o el servicio que era cabello y barba, lo hacen por separado: un mes el cabello y el otro la barba”, acotó. En esta barbería el precio más básico de corte de cabello tiene un costo de 70.000 bolívares y el de barba 80.000 bolívares, donde los caballeros que acuden también solicitan “servicios que son cortes con diseño, cortes con tijera, que varían como un adicional”. En otras barberías consultadas los precios van desde 35.000 bolívares hasta 55.000 bolívares y que van aumentado con el transcurrir de los días.
Los problemas de circulación de efectivo no son una limitante para ofrecerles servicio a sus clientes, ya que señaló que han dado la facilidad a sus clientes de cancelar vía transferencias bancarias y hasta, en algunos casos, les aceptan divisas al cambio del día. Para ello trabajan con la metodología de citas y así facilitarles su atención.
Ante los problemas con los servicios básicos en el país, también se han tenido que adaptar adquiriendo máquinas de afeitar inalámbricas, las cuales los pueden ayudar en un momento de dificultad.
“Para las barbas de nuestros clientes, generalmente se usa agua mineral, para evitar algún daño, incluso para lo que es la pureza del servicio, para que no haya ninguna contaminación”, detalló De Aguiar, en referencia a la falta de agua que es otro de los servicios que presenta fallas en ocasiones.
Enfatizó que el trato a la clientela debe ser con la mayor educación posible, con cordialidad para que exista desde una buena conversación a lo que ellos llaman “el barbero psicólogo”, porque los clientes llegan por un servicio pero se sinceran con ellos sobre cualquier tema del ámbito nacional y personal.
Con información de 2001