Ángel Boet: Hoy fui temprano al cadalso de la humillación

Ángel Boet: Hoy fui temprano al cadalso de la humillación

 

Hoy fui muy temprano al cadalso de la humillación, hacía frío porque lloviznaba un poco, los más ancianos agachaban su lento rostro al suelo húmedo, en busca de la bolsa prometida, el fuerte viento de siempre en Santa Capilla soplando en contra, como en París, ahora más santa por la misericordia de Dios hacia los más desposeídos.





Por Ángel Boet

Como un trueque desigual me entregaron dos bolsas de comida que recibí a cambio de mi orgullo, de mayor valor, pero que hoy vale menos que mi propia hambre, hundida en mis entrañas hasta no sé cuando. En realidad son dos bolsas llenas de cuentos, como esos cuentos infantiles que tanto gustan contar los ancianos para dormir a sus nietecitos.

Te confieso que salí rápido para no sentir tanto peso en mi alma, sentí como otra humillación a cuentas gotas que ahoga aquellos sueños de mi juventud y trabajo dedicados “al instituto”, y que éste me dedicó a mi y a todos nosotros, crecimos juntos, somos grandes. Salí rápido y no te vi, qué lástima, la pena hubiese tenido su recompensa.

Vi a todos con cara de alegría, con sus dos bolsas como un premio a la obediencia, aunque la angustia se notaba prolongada en sus rostros matutinos.

Ángel Boet, ex gerente de Estadísticas del BCV hasta 2000