América de Schwarts: Destierro

América de Schwarts: Destierro

FOTO DE ARCHIVO. Una mujer pasa frente a la sede del Banco Central de Venezuela en Caracas. Enero, 2018. REUTERS/Marco Bello

 

“Destierro: Pena que consiste en alejar a una persona de un país. Es el efecto de estar y permanecer desterrado; es sinónimo de confinar, deportar, relegar, alejar. Destierro, es también lugar muy apartado donde se quiere enviar a una persona para mantenerla lo más lejos posible”. Termino de leer lo que es Destierro y mis pensamientos me llevan a la realidad que estamos viviendo los Jubilados del Banco Central de Venezuela, y luego de meditar un poco en ello, concluyo que realmente es eso, un completo Destierro, lo que se pretende hacer con este personal. De allí, los comentarios denigrantes que para justificarse se oyen en el Banco: Los Jubilados son un estorbo, los jubilados molestan, vienen almorzar al Banco todos los días. Todos parecen que tienen hambre vieja. No podemos seguir manteniéndolos, vamos a cambiarles los grados de los cargos que ocuparon para disminuirles sus ingresos, si tiene menos ingresos se mueren más rápido. En los combos de alimentos a ellos no tenemos que darles proteicos. No tenemos que darles Bonos Especiales ellos no son productivos, ellos son solo un gasto para el Banco. No los dejemos entrar hay que cerrarles todas las puertas. Hay que alejarlos lo más que se pueda, hay que desterrarlos de “nuestra Institución”, y con el mayor descaro se atreven a decir “nuestra” y ninguno de ellos ha trabajado o aportado al Banco más que cualquiera de los que hoy somos jubilados, porque todos y cada uno de nosotros en la medida de nuestras posibilidades y responsabilidades, contribuimos en la construcción de este Instituto, haciéndolo cada día más fuerte en sus funciones y eficacia de las medidas económicas que de él emanaban. Fuimos productivos y nuestro producto se vió reflejado, por muchos años, en los trabajos presentados y en el respeto y confianza que se tenía del Instituto Emisor.

Jamás, en nuestra etapa productiva, se vivió una hiperinflación como la que hoy vivimos y nuestras pensiones aún siendo bajas cubrían todas nuestras necesidades porque, el poder adquisitivo era muy alto debido a que teníamos, tal vez, la moneda más fuerte de Latinoamérica. Hoy en día, nuestras pensiones no alcanzan para cubrir ni siquiera el 5% del costo de la Canasta Alimentaria Básica. Esta situación, es la que origina que los jubilados tengan que ir almorzar al Banco y hacer la cola desde tempranas horas a fin de comer e ingerir, tal vez, el único proteico del día. Desde la falla eléctrica producida en el mes de marzo del año en curso, ya casi seis meses, los Jubilados no tienen acceso al comedor, algunos siguen pasando todos los días tan solo para preguntar cuando los dejaran pasar y en muchos de ellos ya se registran casos de desnutrición severa. Y yo me pregunto ¿No es esta una forma de Destierro lo que están aplicando las Autoridades del Banco cuando se relega o aleja del Banco a sus trabajadores jubilados quienes dieron lo mejor de sus vidas y se jubilaron pensando que sus últimos días serian tranquilos y felices porque gozarían de una pensión digna que les permitiría vivir cómodamente los últimos años de su vida? Y me vuelvo a preguntar ¿Somos los jubilados los culpables de todos los desaciertos que en materia económica han ocurrido en el país? ¿Somos los jubilados responsables de la hiperinflación existente? ¿Somos los jubilados culpables de la pérdida del valor del Bolívar, que actualmente ya no es ni fuerte ni soberano y que tener un Bolívar hoy en día es igual que no tener nada? Y en todo este cuestionamiento, llego a pensar, será que las Autoridades del Banco les perturba que los hoy jubilados cuando fuimos activos pudimos realizar una gestión verdaderamente productiva tanto para el Instituto como para la Nación y que prefieren no vernos porque presentes seriamos un permanente recordatorio de lo que no se está haciendo bien, y para no vernos más en el Banco han considerado que Desterrarnos es la mejor solución, en vez de haber aceptado nuestras reiteradas ofertas de que en este personal contaban con un gran reservorio de conocimientos y experiencias que bien hubiesen podido utilizar en pro de nuestra Institución y del país. Pero no, es más fácil el destierro.





Sin embargo, deben recordar que a través de la historia hemos visto que siempre lo desterrado o relegado con mucha fe y la ayuda de Dios Todopoderoso vuelven a su lugar de origen.

Nosotros los jubilados normalmente estamos muy inclinados a la justicia social, pero esa misma justicia exige generosidad. Es muy importante el trato que como autoridad se da a los demás.

No olviden que el espíritu vivifica, dice San Pablo, y con la medida que midas, serás medido.

América de Schwarts

Junta Directiva de Asociación de Jubilados del Banco Central de Venezuela