¿De dónde salen los trolls? Esto es lo que hay detrás los sociópatas del teclado

¿De dónde salen los trolls? Esto es lo que hay detrás los sociópatas del teclado

trolls

 

Lo primero que debemos reconocerle a los trolls es que se han convertido en seres omnipresentes: allá donde hay una caja de comentarios, aparece un trolleo. Ya casi lo aceptamos como algo cultural, parte de la esencia de Internet. Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí?

Por lapatilla.com
Así lo reseña Genbeta

Tras investigar por qué hay gente que quiere ser viral, seguimos mezclando psicología con historia de Internet para desmenuzar el perfil de los sociópatas más conocidos de la red. ¿Qué hay detrás de los trolls?

Perfil del troll “gracioso”

El troll gracioso, el típico de los chats y las comunidades online, responde a las mismas necesidades sociales que veíamos con la gente que quiere ser viral (actúan desde el anonimato).

En resumen:

– Las necesidades de aprobación y pertenencia: Ser aceptado como uno más en la comunidad online.

– La necesidad de prestigio: El afán de hacer algo importante, como originar un trolleo y que otros usuarios le sigan el juego o se lo reconozcan.

– Dicho con otras palabras, adolecen una mezcla de elitismo y narcisismo: Anhelan pertenecer a una minoría, la subcultura troll, y al mismo tiempo quieren dejar como un idiota a alguien.

Ficha rápida:

Dónde están: En una comunidad que consideran su segunda casa; 4chan, Reddit, YouTube, Forocoches, un juego online, la deep web…

A quién atacan: A los newbies (recién llegados a la comunidad) para dejar constancia de que ellos son los que mandan o por distanciarse de los moderadores.

Por qué lo hacen: Porque quieren dejar constancia de que los demás son “estúpidos”.

De dónde salen: Para que exista un ingroup tiene que haber un outgroup. El troll surge de la necesidad de antagonismo respecto a todos los que están fuera del grupo. Esto también pasa en la realidad (Taxistas vs Uber).

Cómo nos afectan: Este tipo de trolls enriquece Internet con un lenguaje y fenómenos virales propios que acaba heredando el resto de la red.

 

Perfil del troll hiriente

El troll que hiere es una especie de bully que se escuda en el anonimato de Internet. Como decía aquella primera definición que vimos, es aquel que “irrumpe” en las conversaciones y siempre llama la atención por encima de los demás, porque su intención primaria es precisamente hacerse notar. Para ello usa un lenguaje agresivo, sin filtrar lo que dice, o directamente profiere amenazas.

Estas personas pueden tener un trastorno antisocial en la vida real (son sádicos y narcisistas), pero lo que los convierte en los sociópatas de Internet es que se olvidan que del otro lado hay una persona con sentimientos.

Hay estudios académicos que relacionan las horas que estos trolls pasan en Internet con su falta de empatía. Así, acaban tratando a los demás como objetos en lugar de iguales y cuando cierran la pestaña las olvidan, no entienden que le hacen daño a una persona.

El psicoterapeuta Aaron Balick relaciona este tipo de trolls con la triada oscura de la personalidad, tres rasgos “malévolos” que podemos encontrar en las personas:

-Narcisismo: Sentimientos de grandeza y falta de empatía.
-Maquiavelismo: Tendencia a manipular y explotar a los demás.
-Psicopatía: Comportamientos antisociales, impulsivos y sin remordimientos.

Un caso extremo de trolleo, donde queda patente la “triada oscura”, es el RIP trolling: Burlarse de los que acaban de perder a un ser querido.

Ficha rápida

Dónde están: Por todas partes; allá donde haya alguien creando contenido, aparecerá un troll en los comentarios para tirarle abajo la autoestima o simplemente llevarle la contraria.

A quién atacan: Al autor del contenido u otros usuarios de un foro.

Por qué lo hacen: Para provocar, para llamar la atención, por diversión o por defensa propia durante una discusión. En general, van buscando una reacción.

De dónde salen: Son personas cuya personalidad puede estar en el extremo más sádico y narcisista del espectro, que no saben reconocer los sentimiento de la persona al otro lado de la pantalla.

Cómo nos afectan: Pueden herirnos el ego; somos vulnerables y los comentarios negativos son los más persistentes en nuestra cabeza.

 

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