El príncipe Andrés se enfureció tanto con un ayudante de alto rango del Palacio que el príncipe Carlos tuvo que pedirle disculpas, según revela The Mail on Sunday.
Una fuente cercana al Duque de York, que está bajo un intenso escrutinio sobre sus vínculos con el multimillonario pedófilo Jeffrey Epstein, confirmó anoche el estallido, admitiendo que Andrés se había “enojado mucho”.
Sin embargo, el amigo rechazó una sugerencia de una fuente real bien posicionada de que el Duque había agredido físicamente al tan respetado ayudante, y agregó: “Hubo palabras acaloradas en ambos lados, pero el altercado no fue de ninguna manera físico”.
“Fue una disputa verbal. Era un problema relacionado con el trabajo. El Duque se enojó mucho porque lo que quería no era posible”.
Posteriormente, el príncipe Carlos se enteró de la disputa y le pidió a su hermano que lo lamentara.
La fuente agregó: “El Duque explicó la situación al Príncipe de Gales y lo dejó así. No hubo disculpas porque no había nada por lo que disculparse. El Duque mantiene una buena relación con el Príncipe de Gales”.
Una fuente cercana a Carlos dijo que tal intervención no sería inusual. “Es el segundo miembro más antiguo de la familia y se sabe que toma medidas cuando y donde sea necesario”.
“Principalmente está bien informado e intervendrá donde sea apropiado hacerlo”.
Anoche, tanto el Palacio de Buckingham como Clarence House se negaron a comentar sobre el incidente, que ocurrió en las últimas semanas.
Un amigo de la ex esposa de Andrés, la Duquesa de York, agregó: “El Duque nunca ha atacado a nadie”.
Andrés, quien parecía tenso durante una ceremonia militar en Bélgica ayer, ha pasado semanas envuelto en un escándalo en torno a su amistad con Epstein, quien se suicidó en la cárcel el mes pasado tras un arresto por tráfico sexual de niñas menores de edad.
El Palacio de Buckingham ha emitido fuertes negaciones sobre las acusaciones hechas por Virginia Roberts Giuffre de que se vio obligada a tener relaciones sexuales con el príncipe Andrés cuando tenía 17 años.
Ella afirma que tuvo relaciones sexuales con Andrés “tres veces, incluida una orgía” en Londres, en la casa de Epstein, y en una “orgía” en su isla privada en el Caribe.
Hablando frente a una corte en Nueva York el mes pasado, ella dijo que “sabe lo que ha hecho”, y agregó: “Espero que lo aclare”.
Los amigos del Duque temen que el escándalo afecte sus deberes reales y trabajo con organizaciones benéficas.
La semana pasada, los compromisos oficiales planeados con Irlanda del Norte fueron cancelados y hay dudas sobre su participación en un torneo de golf juvenil en Portrush esta semana.
Andrés apareció ayer agitado durante su visita a Bélgica para asistir a una ceremonia que conmemora el 75 aniversario de la liberación de Brujas. Un periodista de televisión le preguntó si cooperaría con abogados en Estados Unidos sobre sus vínculos con Epstein. Andrés ignoró la pregunta.
Esta no es la primera vez que el Duque enfrenta reclamos de ser agresivo y grosero con el personal.
En 2016, según los informes, chocó su Range Rover contra las puertas cerradas del parque cerca de su casa de Royal Lodge en Windsor para evitar un desvío de una milla. En ese momento, un trabajador del parque dijo que tal vez por su reputación piensa que puede hacer lo que le gusta.
Seis años atrás, se alegaba que había enfurecido a los oficiales armados encargados de la protección real en el Palacio de Buckingham al confundirlo con un intruso.
Como embajador comercial de Gran Bretaña, un papel que se vio obligado a renunciar en 2011 cuando surgió su asociación con el condenado pedófilo Epstein, el príncipe fue perseguido por las críticas por su comportamiento grosero.
Incluso se afirmó que su apodo entre la comunidad diplomática británica en el Golfo era HBH, Su Alteza Bufón.
Un ex diplomático afirmó que el apodo surgió de la “obsesión infantil” de Andrés de hacer exactamente lo contrario de lo que se había acordado en las reuniones previas a la visita.
Simon Wilson, jefe adjunto de misión de Gran Bretaña en Bahrein de 2001 a 2005, dijo que el Duque viajó con una gran cantidad de demandas, incluida la instrucción de que el agua potable debe servirse a temperatura ambiente.