La Amazonia, contiene la mayor biodiversidad del planeta, pulmón vegetal de las generaciones futuras, pero sufre por falta de cuido y protección. Los incendios en la parte de Brasil y la explotación del Arco Minero en forma indiscriminada por parte del Gobierno venezolano, nos deben llamar a reflexión y por ello traigo a colación la orientación del Papa Francisco en el Laudato Sí.
Cuidar La Casa Común, El Planeta, no es cualquier cosa. Sobre todo en tiempos en los que la cultura y conciencia ecológica no nos acompaña. La ecología como la vida cumple un ciclo, debemos ser responsables de lo que consumimos y de que lo que botamos no perjudique al medio ambiente. Por ello, reciclaje, plantas de tratamiento de las aguas negras, parques, siembra de árboles, protección de especies…deben estar presente en todos los espacios humanos para no contaminar y no perjudicarnos. En cada escuela, en cada proyecto, en cada paseo, en cada residencia…
En Venezuela las mayores fuentes contaminantes y de enfermedades la tenemos en las calles. Desde costosas urbanizaciones como el Complejo Turístico El Morro de Urbaneja, donde torrentes de aguas negras caen a los canales, hasta en el deprimido sector de Fernández Padilla de Barcelona, uno de los primeros barrios de ese municipio, que en pleno siglo XXI no cuenta con el sistema de cloacas, lo cual hace que los pozos sépticos se desborde; la gente se acostumbró a las enfermedades sin respuesta de los entes públicos, lo cual es inaceptable, no nos podemos conformar debemos actuar.
El Papa Francisco dice que El Planeta ha sido abandonado por nosotros y tiene razón, porque el ciudadano depende de todos. Hemos pensado que tenemos derecho a servirnos de la naturaleza, sin cuidar nada. Es donde nos adentramos a establecer que el Ciudadano debe asumir un rol más participativo y protagónico y para ello concientización y acción. En armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y con uno mismo, como decía Francisco de Asís, mentor del Papa Francisco. Por ello el Papa advierte que es indispensable para la paz interior: la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres y el compromiso con la sociedad.
Cuidar La Casa Común, El Planeta, exige Conciencia Ciudadana en cuanto a los derechos y deberes de los ciudadanos en el fortalecimiento de los valores democráticos, como un todo, que se retroalimenta y se fortalece en la formación y en el ejercicio de la Democracia Participativa, que lleva al ciudadano a formar parte de las políticas públicas, que implica una forma de vida hacia el colectivo.
De allí que debemos poner a funcionar la rueda de la descentralización, forzar en forma organizada a los entes públicos para que actúen eficientemente. Cuando el Papa habla de unidad y solidaridad universal, somos todos. Presenta un desafío universal: gobiernos, entes públicos, ciudadanos, empresa privada, grandes corporaciones, organizaciones conservacionistas, civiles, consumidores… en un solo objetivo: Cuidar La Casa Común.
@carlotasalazar