Somos una Nación donde la compleja situación del país afecta a la gran mayoría de los venezolanos, bien sea por la carencia y limitaciones que padecemos para cubrir nuestras necesidades de consumo principalmente de alimentos y medicinas, así como por la falta de oportunidades para aumentar nuestros ingresos y así lograr mejorar nuestras condiciones de vida. Esto unido a la dispersión de nuestras familias por distintas partes del mundo, nos da una idea de cómo nos encontramos actualmente.
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Hoy las calamidades que nos afectan son múltiples, siendo las más importantes las que tienen que ver con nuestras crecientes limitaciones, tales como la continua disminución del consumo familiar, ver cómo a pesar de los ingresos que se tengan en el trabajo se vive acosado de carencias y angustias al no alcanzarnos los recursos percibidos para cubrir aunque sea parte de nuestras necesidades, lo observamos en la gran mayoría de la gente que vive a lo largo y ancho del país en nuestras distintas comunidades rurales y urbanas.
Lo preocupante es la falta de respuestas a la complejidad en la cual nos encontramos, observando cómo el 2019 se ha convertido en el año donde las familias se han visto mayormente afectadas en sus niveles de pobreza y carencias, no observadas desde que el petróleo se convirtió en la principal fuente de ingresos fiscales para la República. Como consecuencia de los elevados niveles hipar inflacionarios causados por la política del Banco Central de subsidiar el elevado déficit fiscal con la emisión de dinero inorgánico.
Algunos indicadores estiman que dos terceras partes de las familias se encuentran en pobreza extrema, con ingresos mensuales totales que no cubren ni el 30% del valor de la canasta mínima, integrada por 10 alimentos esenciales los cuales incluyen: carne, pollo, queso, embutidos, huevos, arroz, pastas, caraotas, verduras y vegetales cuyo valor ya supera los cinco millones de bolívares. Apenas consumen entre el 25% y el 40% en proteína animal acorde con los requerimientos mínimos establecidos por la organización mundial de la salud.
No tomamos en consideración los costos crecientes de la cesta básica y la canasta alimentaria familiar, cuyos valores son imposibles de cubrir para el 90% de las familias. Lo cual nos indica la gravedad de la desmejora social en que nos encontramos.
Hoy la triste realidad en que se encuentran la gran mayoría de las familias Venezolanas, es que no se ven soluciones inmediatas que les faciliten alternativas para superar la difícil situación socioeconómica en que nos encontramos, siendo nuestros niveles de desarrollo humano de los más bajos del mundo según las Naciones Unidas.
Vicente Brito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.
Con información de nota de prensa