Trabajadores de la nómina diaria de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) protestaron por segundo día consecutivo frente al otrora ente de desarrollo para reclamar por el impago de diversos beneficios laborales, que han acentuado la crisis salarial del personal obrero.
Por correodelcaroni.com
Tras una primera manifestación el lunes en la que los trabajadores no fueron atendidos por la directiva de la CVG, retomaron los reclamos este miércoles y advierten con continuar en los próximos días si no reciben respuestas por parte del presidente del ente, Pedro Maldonado.
El trabajador de la CVG, Héctor Escalona, sostuvo que la corporación adeuda el pago de las pólizas de Hospitalización, Cirugía y Maternidad (HCM), prestaciones sociales, así como dotaciones de uniformes correspondientes al 2018 y 2019.
A esto se suma el deficitario salario que reciben de 17 mil bolívares en promedio a la semana, monto que no permite cubrir ni un día de canasta alimentaria, de acuerdo con los datos del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), que estimó la cesta de alimentos en Bs. 5,3 millones en agosto de 2019.
“Los trabajadores de la CVG estamos viviendo una situación traumática. Tenemos 12 años sin discusión de convención colectiva. El salario es un salario de hambre de apenas 17 mil bolívares semanales y aparte nos exigen que asistamos cinco días a la semana, pero eso no nos da para pagar pasajes”, aseguró.
El envío de comunicaciones sin respuesta al presidente de la CVG los motivó a iniciar la jornada de protestas, que continuó este miércoles frente a la casa matriz, ubicada en Alta Vista. “Los trabajadores tienen segundos empleos o trabajos informales; venden algo en sus casas para subsistir; pero como pasa el tiempo, tuvimos que salir a la calle a proseguir esta lucha”, agregó.
La CVG fue por décadas la casa matriz de las industrias de Guayana, pero la parálisis que sufren las empresas de metales desde hace meses y, en algunos casos, años, se refleja en el debilitado ente, cuyos trabajadores son mal pagados y carecen de condiciones adecuadas para trabajar.
Más allá de reclamos puntuales
El secretario de organización del Sindicato Único Nacional de Empleados Públicos de la CVG (Sunep CVG) y miembro de la Intersectorial de Trabajadores de Guayana, Cecilio Pineda, sostuvo que más allá de reclamar el pago de conceptos puntuales, la protesta debe trascender a exigir cambios estructurales. “Estamos convencidos de que hasta que no haya un cambio político no será posible una mejora ni en lo económico ni en lo social”, dijo.
Como representante sindical de los empleados, Pineda precisó que un trabajador de CVG gana entre 40 y 80 mil bolívares, que se elevan a 160 mil bolívares cuando se aplican algunos beneficios. A esta cifra se suma el bono de alimentación de 25 mil bolívares, pero el monto sigue siendo deficiente y equivale a apenas un día de cobertura de la canasta alimentaria, según los cálculos del Cendas.
Un jubilado, en cambio, gana 40 mil bolívares más 25 mil bolívares de bono de alimentación que, con suerte, le permitirán comprar apenas un kilo de carne de res.
El dirigente sindical aseguró que el descalabro salarial se aceleró en agosto de 2018, cuando el Ejecutivo aplanó los tabuladores salariales y profundizó la política de persecución laboral que, en el caso de la CVG, resultó en el despido del trabajador Noel Hernández y la jubilación forzosa del secretario general de Sunep CVG, Ramón Gómez.
“Más que por un sueldo, los trabajadores asisten por el soborno, porque deben tener una asistencia promedio de cuatro días a la semana para recibir la caja de alimentos. En estos días dieron sardinas. Es una política hambreadora”, enfatizó.