Revelan la vida de lujo de María Gabriela, hija de Chávez en Nueva York

Revelan la vida de lujo de María Gabriela, hija de Chávez en Nueva York

(foto archivo)

 

Una cuenta bancaria que fue usada por María Gabriela Chávez, hija del desaparecido gobernante venezolano Hugo Chávez, durante los primeros años de su estancia en Nueva York como representante diplomática ante las Naciones Unidas, reveló por primera vez el estilo sofisticado de consumo que tenía la entonces funcionaria diplomática, quien estaba habituada a realizar compras en las tiendas más elitistas de la Gran Manzana, un hecho muy en contraste con la austeridad predicada por el socialismo chavista.

Por CASTO OCANDO / diariolasamericas.com

La cuenta bancaria, que según documentos llegó a tener varios millones de dólares en depósitos y transferencias a terceros, y que luego fue cancelada por sospechas de lavado de dinero producto de la corrupción, tenía como titular al abogado venezolano Roberto Leyba, conocido como el novio de María Gabriela.

La cuenta de cheques fue abierta en octubre de 2014 en el entonces Mercantil Commercebank, de Miami, apenas dos semanas después de que la hija de Chávez fuera designada embajadora alterna ante las Naciones Unidas.

Según Leyba, la cuenta fue creada para “cubrir gastos personales”, de acuerdo con documentos de órganos regulatorios de la Florida revisados por Primer Informe.

Las compras

Los hábitos de consumo se desprenden de un detallado registro de compras efectuadas en Manhattan, que fue incluido en un reporte de “actividades sospechosas” de esa cuenta bancaria, alimentada con fondos cuyo origen legítimo el titular de la cuenta no explicó adecuadamente a los reguladores.

Los gastos en Nueva York formaron parte de la investigación debido a la relación de Leyba con María Gabriela, considerada en el sistema financiero norteamericano como una Persona Expuesta Políticamente (PEP), una designación que incluye a personas que ejercen o han ejercido cargos políticos en gobiernos extranjeros.

Según una fuente familiarizada con el caso, Leyba viajaba con frecuencia a Nueva York pero formalmente residía en Venezuela. Cada vez que viajaba a la Gran Manzana, Leyba notificaba que su estadía se iba a prolongar por varios meses, aunque el banco no tenía manera de confirmar que efectivamente se encontraba en Manhattan mientras la tarjeta era usada, indicó la fuente.

De acuerdo con los movimientos de la tarjeta de débito, la pareja Leyba-Chávez gastó decenas de miles de dólares en tiendas de lujo exclusivas como Chanel, Louis Vuitton, Hugo Boss, Michael Kors y Kenneth Cole, todas ubicadas en Manhattan.

En un período de tres días, entre el 23 y el 26 de octubre de 2015, la cuenta registró pagos por unos $9.000 en la tienda Chanel, en Midtown Manhattan. La tienda exclusiva, ubicada a escasos 12 minutos de la sede de las Naciones Unidas, ofrece desde perfumes, relojes y carteras, hasta calzados, anteojos y costosa joyería con diseños exclusivos.

Entre las tiendas favoritas de María Gabriela, a juzgar por los registros de gastos y por las características de los establecimientos, estaban Forever 21 (con dos compras de casi $2,300), la tienda de ropa íntima Victoria Secret (tres visitas en cinco días con más de $1,000), y la tienda de cosméticos MAC de Times Square, visitada cuatro veces con desembolsos de más de $1,600.

Entre otras tiendas de lujo visitadas en los días de compras de la pareja están Louis Vuitton ($1.371), Hugo Boss ($367), Kenneth Cole ($895), Michael Kors ($324), Luxottica ($431 en anteojos) y la curiosa Zoomies, una tienda que se define como el primer “bar de galletas para perros de Nueva York”, ubicada en Greenwich Village.

Vida de ricos

Los registros bancarios reflejan un estilo de vida dispendioso y cosmopolita: cenas de $600 en TAO, un restaurante descrito como una mezcla de influencias de Italia, España, Francia y Grecia; espectáculos en el Madison Square Garden, con facturas de más de $2,200 en tickets; visitas de $300 por persona al Minskoff, conocido tanto por ser el teatro sede del musical El Rey León, como por servir de sede del Miss Universo en 1981, cuya corona ganó la venezolana Irene Sáez.

La larga lista de “shopping” de la hija de Chávez y su novio muestra además un gusto particular por tiendas de marca como Holister Co, American Eagle, GAP, H&M y Tumi, esta última una tienda de maletas de lujo donde se gastaron en dos sentadas más de $4.000.

Una visita distintiva fue la que hicieron a Ricky’s, un famoso salón de belleza que se precia de tener una clientela de “culto”, que incluye desde “adolescentes conscientes del estilo”, hasta “mamás suburbanas”, pasando por “celebridades de Hollywood” y “estilistas profesionales”.

Los registros bancarios documentan numerosas visitas a tiendas de zapatos como Journeys ($239), Designer Shoe Warehouse, DSW ($323), Converse ($58.71), Lady Foot Locker ($155), y las tiendas Niketown ($1.114) y Ana Koordi Shoes ($307). En poco más de tres meses, se registraron gastos en zapatos de más de $2.300.

Otro tipo de compras subrayaron el interés de María Gabriela y Leyba por los establecimientos de equipos electrónicos como la icónica tienda Apple de la Quinta Avenida ($138), la cadena Best Buy (dos compras por $614), la tienda de equipos de sonido Bose ($364), y la Broadway Camera & Electronics, una empresa donde se pagó una factura de $435 por equipos de imaging.

Los fondos

La cuenta bancaria que financió durante años el “sueño americano” de María Gabriela fue finalmente cerrada en 2016 por “inconsistencias”.

Originalmente, Leyba había declarado que tenía ingresos de unos $800.000 anuales, distribuidos entre $300.000 en “salario” y $500.000 en “otros ingresos”, según los documentos.

Leyba es socio de la firma Leyba & Mavares Sociedad Civil, registrada en la ciudad de Maracaibo, en el occidente de Venezuela.

También aparece en al menos dos corporaciones en la Florida, ambas actualmente inactivas: Queen Shell LLC, creada en septiembre de 2013, y Leyba Mavares Consulting LLC, creada en mayo de 2013.

Entre fines de 2015 y mediados de 2016, la cuenta recibió una decena de transferencias provenientes de una cuenta del Banco de Chipre a nombre de la empresa Atlantides Shipping CO Ltd. La explicación de los depósitos: pago de “comisiones” por la compra de la embarcación MV Speed Runner.

Otras transacciones por casi $1.25 millones fueron explicadas por el cliente como pago por servicios profesionales por “asesoría legal” para la “adquisición de una embarcación tipo “ferry” a Naviera Paraguaná C.A.”

Los oficiales reguladores ampliaron las investigaciones y encontraron que las transferencias eran parte de un esquema de presunta corrupción en la adquisición de barcos tipo ferrys por la firma Naviera Paraguaná.

Las alarmas del banco se encendieron cuando uno de los socios de Leyba, Nelson Colmenares, denunció que la compra de “ferrys” de transporte, que iban a ser utilizados en una hipotética ruta Punto Fijo-Aruba-Curazao, se estaban adquiriendo con sobreprecios del doble del costo original.

Colmenares, socio en la firma Naviera Paraguaná, denunció que Leyba solicitó fondos por $11.6 millones al Banco de Comercio Exterior para realizar la compra de la embarcación Speedrunner II, que luego fue rebautizada como Paraguaná I, pese a que el costo real del barco tipo “ferry” era de poco más de $5 millones.

La denuncia, de la cual tomaron nota los reguladores bancarios en Estados Unidos, fue presentada a la Fiscalía General de Venezuela, pero las investigaciones nunca avanzaron.

Parte de los fondos que alimentaron la cuenta bancaria de Leyba en Miami provenía de esta transacción financiera, un factor que influyó decisivamente para el cierre de la misma, de acuerdo con los documentos revisados por Primer Informe.

El caso de la Naviera Paraguaná no fue la única operación sospechosa que encendió alarmas bancarias en torno a las operaciones de Leyba.

El novio de María Gabriela realizó además transferencias a cuentas en EEUU de ciudadanos venezolanos que resultaron ser empleados de la misión diplomática de Venezuela ante las Naciones Unidas, entre ellos los oficiales Francisco Cardona Hernández y Ana Carolina Rodríguez de Febres-Cordero. Ninguna de estas operaciones, posiblemente destinadas a enviarle dinero a su prometida en Nueva York, fue justificada satisfactoriamente, según el reporte sobre el caso.

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