El Gobierno español denunció hoy la violencia “extrema” de las protestas de independentistas radicales que han tenido lugar los últimos cinco días en Cataluña, especialmente en Barcelona, con cientos de heridos.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lamentó en una rueda de prensa celebrada en Barcelona la “virulencia extrema” y el “vandalismo indiscriminado” y “coordinado” de los radicales violentos, especialmente en la última noche, cuando un agente de policía resultó herido de gravedad.
El ministro viajó hoy a Barcelona para reunirse con el responsable de Interior en el Gobierno autónomo regional catalán, Miquel Buch, y visitar a policías de distintos cuerpos heridos durante los cinco días de disturbios tras la sentencia del Tribunal Supremo contra nuevo líderes catalanes por el intento independentista ilegal de 2017.
Los peores disturbios fueron los de la noche del viernes, que se saldaron con 182 heridos en toda la región, 152 de ellos en Barcelona, donde hubo intensos episodios de guerrilla urbana.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, hizo un llamamiento a la calma, porque “esto no puede seguir así. Barcelona no merece esto”.
El presidente del Gobierno regional catalán, el independentista Quim Torra, pidió hoy al jefe del Ejecutivo central en funciones, el socialista Pedro Sánchez, que fije ya la fecha para una reunión en la que buscar “una solución política”, en referencia a la tradicional demanda del lado independentista de un referéndum de autodeterminación.
Torra también hizo un llamamiento a la “calma” y a que las protestas sean pacíficas. “La violencia nunca será nuestra bandera”, aseguró, aunque una vez más eludió condenar de forma expresa los altercados y disturbios ocurridos desde el lunes.
El ministro Marlaska criticó a Torra y a otros miembros del gobierno catalán por su tibieza ante la violencia: “Nadie entiende que hagan declaraciones pero no condenen la violencia y no se solidaricen con los agentes” atacados, entre los que hay miembros de la propia policía regional catalana.
EFE