El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, consideró este miércoles que el aumento de la violencia en la región de Cataluña es “producto” del poder de movilización “cada vez menor” del independentismo, que lleva también a su radicalización.
En una entrevista televisada, Sánchez se refirió así a los graves disturbios vividos durante varios días en Barcelona y otras ciudades catalanas al final de manifestaciones contra la sentencia del 14 de octubre que condenó a nueve líderes soberanistas a penas de prisión por el proceso independentista catalán ilegal de 2017.
Sánchez opinó que la actitud de la organización social secesionista Asamblea Nacional Catalana (ANC) frente a esos altercados demuestra que el independentismo está en este momento “atrapado en sus propias mentiras” y justificando dicha violencia ante la falta de movilización.
La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, dijo el lunes pasado que los altercados y disturbios entre manifestantes y policía “hacen visible el conflicto” catalán en el mundo.
“En Cataluña el problema no es la independencia, que no se va a dar. No se va a dar nunca”, recalcó Sánchez, quien añadió que el independentismo es “un movimiento contracorriente” que no ha encontrado ningún apoyo en el extranjero.
Valoró la “extraordinaria coordinación” de las fuerzas del orden y el papel de la Policía regional catalana.
En este sentido, criticó al gobierno regional catalán por pretender investigar a su propio cuerpo de seguridad como si hubiera participado en “enfrentamientos”, cuando lo que hizo fue defender a los catalanes, “independentistas y no independentistas”, de los violentos.
EFE