El Gobierno francés, con el argumento de luchar contra el fraude y los abusos, va a restringir y endurecer los controles en algunas de las prestaciones sanitarias para los inmigrantes en situación irregular y los demandantes de asilo.
El anuncio se hizo este miércoles al término de un comité interministerial sobre la inmigración, en el que también se confirmó que a partir de 2020 Francia fijará cada año cuotas para dar permisos de trabajo a los no europeos en función de las necesidades no cubiertas de mano de obra.
El objetivo de estas y otras medidas (una veintena en total) es “recuperar el control de nuestra política migratoria”, destacó en una comparecencia ante la prensa el primer ministro francés, Édouard Philippe.
Una de las que más reacciones en contra ha suscitado entre la izquierda e incluso entre algunos parlamentarios del partido del presidente, Emmanuel Macron, que han amenazado con votar en contra, es limitar las prestaciones sanitarias de los que presenten una demanda de asilo durante los primeros tres meses.
En ese período solo recibirán atención de carácter urgente para desincentivar a quienes hacen la solicitud por razones médicas.
Se endurecerán las verificaciones de los beneficiarios de la llamada Ayuda Médica Estatal (AME) para los inmigrantes sin papeles, que deberán obtener una autorización médica específica para recibir ciertos tratamientos, como operaciones de cataratas y de rodilla o sesiones de fisioterapeuta.
Para las personas que entran en Francia con un visado turístico y se quedan en el país como irregulares, no podrán beneficiarse del AME hasta tres meses después de que haya expirado su visado.
Otro de los elementos más cuestionados del dispositivo es la fijación cada año de “cifras cuantitativas o cuotas para la inmigración profesional”.
Sabedor de las críticas, Philippe hizo hincapié en que esas cuotas no serán por nacionalidades, sino en función de los oficios para los que las empresas no encuentran candidatos en Francia.
La inmigración profesional representa una parte mínima de las entradas regulares de inmigrantes en Francia: el 13 % de los 255.550 permisos de residencia otorgados en 2018.
EFE