El presidente ruso Vladimir Putin prometió que Moscú va a perfeccionar una misteriosa arma implicada este verano en una explosión mortal que provocó un pico de radiactividad en el extremo norte del país.
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El accidente, según las autoridades, causó la muerte el 8 de agosto de siete personas, entre ellas cinco empleados de la Agencia Nuclear Rosatom, que trabajaban en una base militar secreta cerca de la ciudad de Severodvinsk.
Putin hizo su promesa en una ceremonia celebrada el jueves por la noche en el Kremlin, cuyas imágenes fueron transmitidas el viernes, entregando a las viudas de las víctimas condecoraciones póstumas.
“El hecho mismo de poseer una tecnología tan notable constituye hoy la esperanza más importante y fiable para garantizar la paz en el mundo”, sostuvo, tras presentar sus condolencias “más profundas”.
“Pase lo que pase, perfeccionaremos esta arma”, añadió, retomando una promesa ya formulada en agosto por las autoridades rusas.
Al entregar a las viudas la Orden del Valor atribuida a sus maridos, el presidente Putin subrayó que el armamento que Moscú desarrolla debía garantizar “la soberanía y la seguridad de Rusia para las décadas venideras” y que los difuntos “habían vivido con honor”.
Según los expertos de Estados Unidos, el accidente se debió probablemente a los ensayos de un misil de crucero, con propulsión nuclear, el 9M730 “Burevestnik”. Moscú nunca confirmó la implicación de este sistema.
Este misil es una de las nuevas armas presentadas en 2018, y nuevamente en 2019, por el presidente ruso que causó sensación al prometer una nueva generación de armamentos “invencibles”, “indetectables” o “hipersónicos”.
Tras el incidente, se detectó un breve pico de radiactividad, que incluía isotopos radiactivos de estroncio, bario y lantano. Sin embargo, Moscú negó toda “contaminación radiactiva”.
Con información de AFP