Cada vez falta menos para próxima gran misión científica de la NASA en Marte. Después del éxito de Curiosity, los científicos preparan para el envío del rover Mars 2020, que revolucionará el campo de la biología espacial.
Por Víctor Ingrassia / Infobae
Mars 2020 es la misión de próxima generación de la NASA con un enfoque en astrobiología, o el estudio de la vida en todo el universo. Equipado con un nuevo conjunto de instrumentos científicos, su objetivo es aprovechar los descubrimientos de la Curiosity, que descubrió que partes de Marte podrían haber respaldado la vida microbiana hace miles de millones de años y profundizarlos.
El rover buscará signos reales de vida microbiana pasada, tomando muestras de núcleos de roca que se depositarán en tubos de metal en la superficie marciana. Las futuras misiones podrían devolver estas muestras a la Tierra para un estudio más profundo.
Los científicos han descubierto cuál puede ser uno de los mejores lugares para buscar signos de vida antigua: en el cráter Jezero, donde el rover aterrizará el 18 de febrero de 2021. Un artículo publicado en la revista Icarus identifica distintos depósitos de minerales llamados carbonatos a lo largo del borde interior de Jezero, el lugar donde se asentaba un lago hace más de 3.500 millones de años.
Los deltas son buenas áreas para buscar signos de vida, porque estas regiones concentran depósitos de todo el sistema fluvial. De hecho, la presencia de un delta es una de las razones por las que la NASA eligió Jezero como el sitio de aterrizaje de Marte 2020.
“El material que forma la capa inferior de un delta es a veces el más productivo en términos de preservación de las fósiles biológicos”, aseguró Jack Mustard, profesor de ciencias terrestres, ambientales y planetarias en la Universidad de Brown.
Se sabe que en la Tierra, los carbonatos ayudan a formar estructuras que son lo suficientemente resistentes como para sobrevivir en forma fósil durante miles de millones de años, incluidas las conchas marinas, los corales y algunos estromatolitos, rocas formadas en este planeta por la antigua vida microbiana a lo largo de antiguas costas, donde abundaban la luz solar y el agua.
La posibilidad de que existan estructuras similares a estromatolitos en Marte es la razón por la cual la concentración de carbonatos que rastrean la costa de Jezero como un anillo de bañera hace que el área sea un excelente campo de caza científico.
Además de preservar los signos de la vida antigua, los carbonatos pueden enseñarnos más sobre cómo Marte pasó de tener agua líquida y una atmósfera más espesa a ser el desierto helado que es hoy. Los minerales de carbonato se formaron a partir de las interacciones entre el dióxido de carbono y el agua, registrando cambios sutiles en estas interacciones a lo largo del tiempo. En ese sentido, actúan como cápsulas de tiempo que los científicos pueden estudiar para aprender cuándo y cómo el Planeta Rojo comenzó a secarse.
Un lugar rico en biología antigua
Con 45 kilómetros de ancho, el cráter Jezero también fue el hogar de un antiguo delta del río. Los “brazos” de este delta se pueden ver cómo alcanzan el piso del cráter, desde las imágenes tomadas por misiones satelitales como el Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA. El espectrómetro de imágenes de reconocimiento compacto del orbitador para el instrumento de Marte, o CRISM, es el que ayudó a producir coloridos mapas minerales del “anillo de la bañera” detallado en el nuevo documento.
Los científicos de la misión Mars 2020 de la NASA y la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea-Roscosmos están probando los instrumentos de las 2 futuras misiones en el desierto de Australia. Ellos esperan comprender mejor cómo buscar signos de vida antigua en Marte. La región de Pilbara, en el noroeste de Australia, alberga “estromatolitos”, las formas de vida fosilizadas más antiguas confirmadas en la Tierra.
“CRISM descubrió los carbonatos aquí hace años, pero recientemente nos dimos cuenta de lo concentrados que están justo a orillas del lago”, explicó el autor principal del artículo, Briony Horgan de la Universidad de Purdue en West Lafayette, Indiana. “Vamos a encontrar depósitos de carbonato en muchos lugares a lo largo de la misión, pero el anillo de la bañera será uno de los lugares más emocionantes para visitar”, agregó.
Si bien los científicos no garantizan que los carbonatos de la costa se formaron en el lago, podrían haber sido depositados antes de que el mismo estuviera presente. Pero su identificación hace que el borde occidental del sitio, llamado “la región marginal que contiene carbonato”, sea uno de los tesoros más ricos de estos minerales en cualquier parte del cráter.
El equipo Mars 2020 espera explorar tanto el piso del cráter como el delta durante la misión principal de dos años del rover. Horgan dijo que el equipo espera alcanzar el borde del cráter y sus carbonatos cerca del final de ese período.
“La posibilidad de que los ‘carbonatos marginales’ se formaran en el entorno del lago fue una de las características más emocionantes que nos llevaron a nuestro sitio de aterrizaje de Jezero. La química del carbonato en una antigua orilla del lago es una receta fantástica para preservar los registros de la vida y el clima antiguos”, aseguró el científico adjunto del proyecto Mars 2020 Ken Williford del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California. El laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés) lidera la misión 2020. “Estamos ansiosos por llegar a la superficie y descubrir cómo se formaron estos carbonatos”, agregó.
La antigua costa del lago Jezero no es el único lugar que a los científicos les entusiasma visitar. Un nuevo estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters apunta a un rico depósito de sílicio hidratado en el borde del antiguo delta del río. Al igual que los carbonatos, este mineral se destaca por preservar los signos de la vida antigua. Si esta ubicación demuestra ser la capa inferior del delta, los investigadores especulan que será un lugar especialmente bueno para buscar fósiles microbianos enterrados.
El rover Mars 2020 se lanzará en julio o agosto de 2020 desde Cabo Cañaveral, Florida, y es parte de un programa más amplio que incluye misiones a la Luna desde 2024 como una forma de prepararse para la exploración humana del Planeta Rojo.