Elliott Abrams es un viejo conocido de la diplomacia estadounidense para América latina. Neoconservador, trabajó en varias posiciones en el Departamento de Estado durante el gobierno de Ronald Reagan y de George W. Bush y tuvo su momento más oscuro cuando resultó enredado en los 80 en el escándalo “Irán-contras”, la venta ilegal de armas estadounidenses a Irán para financiar a los opositores al sandinismo en Nicaragua, por el cual fue condenado, aunque indultado luego por George Bush padre. Alejado por un tiempo de los cargos oficiales, Abrams volvió a los primeros planos de la política regional cuando fue convocado por el presidente Donald Trump para que sea su representante especial para Venezuela.
Por Paula Lugones | Clarin.com
El funcionario recibió en exclusiva a Clarín en sus oficinas del Departamento de Estado en Washington y habló de la crisis venezolana y las recientes tensiones con el flamante gobierno de Alberto Fernández, que incluyó la salida intempestiva de Buenos Aires de Mauricio Claver-Carone, asesor especial de Trump para la región, por la presencia de un funcionario de Nicolás Maduro. “Entre dos países siempre hay problemas y malentendidos”, dijo Abrams. Aunque cree que “hay buena fe de ambos lados”.
-Usted se reunió con Alberto Fernández en México, semanas antes de que asumiera. ¿Cuál fue su conclusión de ese encuentro?
-La primera conclusión es que, así como nosotros queremos buenas relaciones con Argentina, él quiere buenas relaciones con nosotros. Hablamos de Venezuela, por supuesto, porque es mi cargo y creo que compartimos un deseo para elecciones libres y para una salida de la crisis en la que vive Venezuela por vía de elecciones. Más de eso no quiero decir porque fue una conversación privada.
-El ministro de Comunicación venezolano, Jorge Rodríguez, se presentó en la asunción de Fernández. ¿Fue una sorpresa?
-Qué puedo decir. En primer lugar, es interesante que Nicolás Maduro no asistió. Hemos dicho hace unos días que hubiéramos preferido que cada país siguiera las decisiones del TIAR (Tratado de Asistencia Recíproca, que le prohibía el ingreso a ciertos países). Pero estamos empezando de nuevo las relaciones con un nuevo presidente y creo que hay buena fe en ambos lados.
-Pero la reacción de Claver Carone fue fuerte. Se fue y dijo que estaba “molesto” con esa visita.
-Mi respuesta es que quiero hablar del futuro de nuestras relaciones.
-¿Busca poner paños fríos a este episodio y dejarlo atrás?
-Entre dos países siempre hay problemas o malentendidos. Pero mi impresión es que ambos gobiernos tienen una voluntad para establecer relaciones muy constructivas.
-¿Cree que esto pudo afectar el comienzo de la relación con Estados Unidos?
-Estamos empezando y tenemos mucho que hacer juntos, Argentina tiene una situación económica muy difícil. Desde nuestro punto de vista, con tensiones en muchos países sudamericanos, queremos una Argentina estable, creciendo y eso lo compartimos totalmente con su gobierno. Estamos trabajando para relaciones positivas.
-Hay quien dice que el de Carone parece un gesto típico de Trump: golpear fuerte en público para después negociar.
-Yo diría solo que estamos mirando al futuro.
-Con la asunción de Fernandez, ¿Estados Unidos pierde a un aliado regional para resolver la crisis venezolana?
-Nosotros creemos en la democracia. Hay un cambio en la Argentina, hay un cambio en Uruguay, hay un cambio en Bolivia. Hemos trabajado muy bien con el gobierno de Carlos Menem, que era un gobierno peronista. El nuevo gobierno argentino tiene que definir su política hacia sus vecinos como Brasil, Bolivia, Uruguay con el nuevo gobierno en marzo. Tenemos problemas comunes y vamos a trabajar juntos, cuando sea posible.
-¿El haber recibido a Evo Morales como refugiado en el país es un signo de la política exterior que quiere seguir Alberto Fernández?
Yo no quiero sobre interpretar. Pero, ¿qué quiere decir que no haya invitado a Evo Morales a la asunción del mando? Ha aceptado a Evo Morales como refugiado, ¿qué quiere decir? Bueno vamos a ver. Él tiene que definir su política extranjera. La única cosa que hemos dicho sobre Morales es que en principio es que el hecho de que un ex presidente esté en un país limítrofe puede ser peligroso si él se involucra cada día en la política interna de Bolivia desde Argentina con una frontera abierta. Eso puede ser peligroso o no, depende de la conducta de Morales. ¿Va a vivir en la Argentina o va a utilizar Argentina como base para sus intervenciones en un país como Bolivia, tratando de crear un futuro estable? Vamos a ver.
-¿Alberto Fernández podría encarar alguna gestión ante el gobierno de Maduro, dada la cercanía que tiene, sobre todo la vice presidenta Cristina Fernández, con el venezolano?
No se, vamos a ver. Hay otros candidatos como AMLO (el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ) o Pedro Sánchez (el jefe de Gobierno español), o el nuevo canciller de la Unión Europea, Josep Borrell. Esperamos que todos hablen con Maduro sobre la situación tan terrible del pueblo venezolano y hablen con él sobre una posible salida, por una transición hacia elecciones libres. Es la única salida. Elecciones presidenciales: es lo necesario para una salida pacífica.
-¿Cree que el peso de la vicepresidenta Cristina Fernández, amiga de Maduro, puede influir en Fernández y la política sobre Venezuela?
Está invitándome a interferir en su política interior y no acepto esta invitación.
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