Astrónomos del Observatorio de Dinámica Solar (SDO, por sus siglas en inglés) de la NASA registraron en la superficie del Sol una protuberancia especial que provocó un cambio en las líneas del campo magnético de la estrella, informa un artículo publicado el 17 de diciembre en la revista The Astrophysical Journal.
La erupción, que fue detectada el 3 de mayo de 2012, alcanzó las capas superiores de la atmósfera solar y empezó a caer. No obstante, a diferencia de otras protuberancias observadas antes, esa vez la materia que la formaba se encontró con las líneas del campo magnético solar, provocando la llamada reconexión, o explosión magnética.
Este fenómeno, detectado tanto en la Tierra como en el Sol, consiste en la ruptura y la consiguiente reconexión de dos líneas de la magnetosfera. Sin embargo, los eventos de este tipo observados hasta la fecha eran espontáneos y ocurrían en circunstancias muy particulares.
Esa vez, sucedió algo distinto: una reconexión forzosa, predicha teóricamente hace 15 años. A diferencia de explosiones espontáneas, las reconexiones forzosas pueden ocurrir en condiciones más habituales, pero necesitan una erupción que la provoque.
“Esa fue la primera observación de un factor externo de la reconexión magnética. Podría ser muy útil para comprender otros sistemas. Por ejemplo, las magnetosferas planetarias y de la Tierra, otras fuentes de plasma magnetizado e incluso los experimentos a escala de laboratorio donde el plasma es altamente difusivo y muy difícil de controlar”, cita un comunicado de la NASA al autor principal del estudio, Abhishek Srivastava.
Asimismo, los investigadores descubrieron que la reconexión forzada calentó el plasma del Sol mucho más que lo hacen explosiones espontáneas. Esto puede ser de ayuda para la predicción de los efectos nocivos de las tormentas solares, que pueden representar peligro para la Tierra, señala la NASA.