Turquía no puede manejar una nueva ola de migrantes provenientes de Siria, dijo el domingo el presidente Tayyip Erdogan, advirtiendo que los países europeos sentirán el impacto de dicho influjo de personas si la violencia en el noroeste sirio no se detiene.
Actualmente, Turquía alberga a unos 3,7 millones de refugiados sirios, la mayor población de refugiados del mundo, y teme otra ola desde la región de Idlib, donde hasta unos 3 millones de sirios viven en la última franja de territorio controlada por los rebeldes.
Las fuerzas sirias y rusas han intensificado sus bombardeos en Idlib, que el presidente sirio Bashar al-Assad ha prometido recapturar, generando una ola de refugiados hacia Turquía.
Hablando en una ceremonia de premiación en Estambul el domingo por la noche, Erdogan aseguró que más de 80.000 personas estaban en camino desde Idlib a Turquía.
“Si la violencia hacia el pueblo de Idlib no se detiene, esta cifra se incrementará aún más. En ese caso, Turquía no cargará sola con dicha carga de migrantes”, dijo Erdogan.
“El impacto negativo de la presión a la que seremos sometidos será algo que todas las naciones europeas, especialmente Grecia, también sentirán”, dijo, agregando que sería inevitable una repetición de la crisis de migrantes del 2015.
El mandatario dijo que su país estaba haciendo todo lo posible para frenar los bombardeos rusos en Idlib y afirmó que una delegación turca viajaría a Moscú para sostener discusiones sobre Siria el lunes.
Erdogan ha amenazado previamente con “abrir las puertas” para los migrantes a Europa a menos que Turquía obtenga más respaldo para acoger a los refugiados.
Reuters